Las consecuencias del temporal, además, no serán puntuales. Se prevé que afecten en el largo plazo, ya que lleva años que la planta sea reemplazada y la nueva pueda comenzar a producir.
"Ya hemos empezado a contactar con el Ministerio de Agricultura para solicitar una intervención para apoyar a las empresas, incluso a través de la refinanciación del plan nacional de aceite de oliva", explicó David Granieri, presidente de Unaprol.
La temporada aún no ha comenzado y para muchos olivareros la situación ya es crítica con las olivas quemadas por las heladas, la caída copiosa de las hojas, la corteza rota y los costos elevados.
Unaprol lamenta estos fenómenos que "debido al cambio climático actual, se repiten cada vez con más frecuencia, devastando años de duro trabajo y sacrificio".
Para la organización italiana se requiere un "cambio profundo a nivel estructural que no puede ignorar el reconocimiento del papel decisivo de los empresarios agrícolas en la gestión del territorio, el medio ambiente y las zonas rurales". Unaprol lo ve imprescindible para poder salvaguardar un producto símbolo del Made in Italy y para poder garantizar los ingresos de los agricultores.