El aceite de oliva ha sido históricamente un producto con reducida presencia en el mercado húngaro, debido principalmente a la presencia de aceites producidos a nivel nacional -como el aceite de girasol- y la falta de conocimiento sobre las cualidades positivas del aceite de oliva para la salud y la gastronomía. Sin embargo, en los últimos años, Hungría ha participado en campañas de concienciación de la salud y el bienestar, lo que ha abierto una posibilidad al aceite de oliva al presentar mejores propiedades que las de otros aceites vegetales, según un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones.