Pasión es la palabra que define a las mujeres del AOVE en esta región. Pasión por sentir, por crear y por innovar, lo que las ha llevado a adoptar un rol relevante en la transformación hacia el AOVE de calidad, frente a la cantidad, pisando fuerte en sus campos de acción.
En Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay, olivares de herencia mediterránea se han fusionado con culturas locales en biomas diversos, produciéndose un cambio a la velocidad del AOVE de calidad. La sensibilidad femenina en estas latitudes percibe de forma abierta y sin preconceptos, poniendo en valor su esfuerzo y esmero, realizando un camino genuino en la cultura de la calidad y la excelencia. Se han asentado y se impulsan nuevas formas organizacionales y culturales y muchas mujeres están sabiendo articular y capitalizar su lugar, su impronta y su visión.
Mujeres que se permiten sentir en grande, de la mano de su pasión por el AOVE, han trascendido el relevo generacional y permanecido en el negocio rural, de escasa presencia femenina, precisamente por su decidida diversificación con la olivicultura: en el olivar, en la integración con almazaras, en el desarrollo de marcas propias, en los premios de calidad y diseño, y en tiendas on line y de especialidad. Y es que la pasión abre la creatividad y la inteligencia, no exclusivamente femenina, sino de forma inclusiva en un sector que se adapta. Se ha expandido el abanico de experiencias en torno al AOVE, y por ende, la forma de introducirse la mujer: fusión con la gastronomía y el arte culinario, el oleoturismo de arraigo rural y la armonía con la naturaleza, la biodiversidad y sus beneficios ecosistémicos. Incluso incorporando la música, también las mujeres han contribuido a llevar el olivar a esferas de elevada sensibilidad.
Tanto en castellano como en portugués, varias publicaciones transmiten a la sociedad la cultura y las bondades del AOVE desde este sentir femenino, innovando conceptos y caminos en esta región. Elaiólogas, investigadoras y sommeliers de AOVE orientan sus libros a consumidores y también a la educación de los niños. Las hay fundadoras de revistas de olivos y aceites, guías de AOVE, plataformas turísticas, programas, organizadoras de congresos y concursos de renombre.
Las mujeres son las que lideran el sector de cosméticos naturales a base de aceite de oliva, así como el mundo del té con hojas de olivo. Mujeres que además conjugan el AOVE con arte y cultura, a través de alfareras, ebanistas, orfebres, tejedoras y artistas locales para integrar diversos proyectos auténticos en comunidad.
Avanza la presencia femenina en paneles de cata, laboratorios, maestras de almazara, así como expertas y profesionales que forman catadores. También están presentes en el campo académico, en investigaciones y salud, en consultoría para empresas, influencers...
Podría seguir, pero el verdadero valor está en conocer a cada mujer y valorar la huella única que deja, con la magnitud de su proyecto y el impacto de su participación, reconociendo su talento y su resiliencia. Por ello, potenciar la visibilidad de estas mujeres protagonistas del AOVE en la región es el valor agregado sustancial que debemos impulsar para que otras mujeres logren la confianza en encontrar y llevar adelante su pasión, en las realidades de cada una, y a su vez contagiar a otros sectores y regiones, aportando beneficios sobre la sociedad en su conjunto.
La cultura del AOVE tiene visibilidad como producto saludable y sostenible y como una forma de vida. En ella, muchas mujeres internacionales brillantes nos han abierto generosamente sus puertas a través de su ejemplo e invaluables aportes a nuestra formación. Un empujón de visibilidad para resaltar a las mujeres en estas latitudes contribuirá de forma unívoca a confirmar el rumbo y la velocidad de esta transformación, haciendo eco con nuestro propio transitar en generar la autoestima necesaria para crecer y derribar techos de cristal en niveles aún inaccesibles.
Sigamos persiguiendo nuestras metas con servicio, pasión y gratitud, haciendo huella, con ternura y firmeza, aceptando los desafíos con valentía y conectadas, sabiendo que valemos por lo que somos. Celebremos lo bueno, lo bello y lo auténtico de la cultura del AOVE.
¡Feliz Día Mundial del Olivo!