El aceite de oliva virgen extra español simboliza la tradición y la excelencia. Desde mis comienzos he perseguido posicionar mi oleoteca y empresa “Alma de AOVE” como un espacio innovador y creativo, diseñado para conectar a los mejores productores de España con un público que busca mucho más que un simple producto, una experiencia.
En los tres años que llevamos funcionando, estoy contenta por nuestros logros, aunque son muy pocos en comparación con los retos que tenemos por delante.
Nos distinguimos por ofrecer experiencias únicas que educan, inspiran y acercan el mundo del AOVE al cliente, un aspecto que considero imprescindible para que el consumidor valore la excelencia de este producto y lo consuma de forma habitual.
Desde catas formativas hasta actividades de oleoturismo, buscamos que cada cliente se adentre en el mundo del AOVE de manera lúdica y enriquecedora. Cultivamos emociones y construimos relaciones, difundiendo una cultura que combina tradición, innovación y un profundo respeto por nuestra tierra. Sólo se valora lo que se conoce y es así como afianzamos la fidelidad de nuestros clientes y generamos la necesidad de consumir nuestros vírgenes extra. De hecho, muchos de ellos nos reconocen que ya no pueden vivir sin su AOVE diario.
De esta forma, el cliente conecta con las historias y los valores de cada marca. Nuestra misión va más allá de ofrecer un producto: buscamos crear la experiencia que permite al consumidor entender y valorar el esfuerzo y la dedicación de los productores con los que trabajamos. Actuamos como un puente entre ambos, fomentando una relación cercana y auténtica que favorece el reconocimiento del AOVE y de sus artistas como un producto extraordinario y gourmet.
Mi equipo, formado exclusivamente por mujeres menores de 30 años, refleja la nueva cara del sector y demuestra que el AOVE está captando la atención de las nuevas generaciones. Este espíritu joven e innovador nos impulsa a idear iniciativas vanguardistas que no sólo mejoran la experiencia del cliente, sino que también fomentan una relación participativa y colaborativa con los productores.
Mantener nuestro espacio físico en una ubicación privilegiada como es el barrio de Salamanca en Madrid no está siendo tarea fácil, sin embargo, es el lugar perfecto dónde debe estar como imagen de “Alma de AOVE”, escaparate de nuestros productores, punto de encuentro y referencia del sector. Por ello, agradecemos a los productores que sigan confiando en nosotras para crear sinergias y mantener vivo este tipo de espacios especializados en AOVE y tan difíciles de encontrar fuera de Andalucía.
Por otro lado, el AOVE Premium se está consolidando como el regalo perfecto para cualquier ocasión. Tanto a nivel particular como corporativo, existe una creciente demanda de estos aceites de alta calidad en formatos exclusivos, ideales para regalar. Cada vez más empresas apuestan por el AOVE como una opción elegante y significativa para eventos y celebraciones.
Me gusta pensar que “Alma de AOVE” es el reflejo de lo que el sector puede ser: creativo, innovador, dinámico y abierto al cambio, a la vez que respetando la tradición y el legado familiar de nuestra historia.
Juntos seguiremos construyendo esos puentes y uniendo a los mejores productores con un público cada vez más consciente y apasionado por el AOVE.
Por último, me gustaría despedirme con un homenaje a mi padre, quien falleció recientemente. Él me transmitió el amor por el campo, la fortaleza y la perseverancia para superar las adversidades. Curiosamente, por ser mujer, nunca me consideró como la posible sucesora en la gestión de nuestros olivos. Sin embargo, fui yo quien decidí continuar con este legado, demostrando que la pasión y el compromiso no entienden de géneros, algo de lo que me siento orgullosa y seguiré transmitiendo a mis hijas y nietos.