¿Cuál es la estrategia que plantea su Consejería ante la actual y prolongada situación de sequía que soportan los olivareros?
La sequía ha provocado una importante reducción de la producción en las dos últimas cosechas, aunque se estima que en la campaña que ahora empieza, las lluvias de la pasada Semana Santa hayan recuperado la producción. De cualquier modo, la Junta ha puesto en marcha diversas medidas de apoyo a los agricultores entre las que se encuentra el aumento del presupuesto destinado a las ayudas agroambientales. En concreto, se han asignado 119 millones de euros para el olivar ecológico. Además, ha puesto sobre la mesa otras iniciativas que también repercuten en este sector como la convocatoria extraordinaria de ayudas para la modernización de maquinaria. Dotada con 100 millones de euros, la mitad de estos fondos se destinan a inversiones en explotaciones olivareras. Gracias a estas medidas, los agricultores contarán con más facilidades para actualizar los equipos que utilizan en sus explotaciones y podrán mejorar su rentabilidad a corto plazo y de cara a otros períodos de escasez que puedan volver a registrarse en el futuro.
A estas medidas, se suma también la resolución provisional de las ayudas puestas a disposición de la agroindustria olivarera a finales de 2023. Inicialmente, se habían dotado estas subvenciones con 20 millones de euros pero, dada la gran demanda por parte del sector, se ha duplicado su dotación hasta los 40 millones. Estas ayudas buscan impulsar la competitividad del sector andaluz y aumentar el valor añadido de la producción del olivar facilitando la mejora tecnológica de los procesos de manipulación y transformación y de los canales de comercialización.
El Gobierno andaluz está redactando la primera Estrategia Andaluza del Olivar 2023-2027. ¿Qué líneas clave contempla esta estrategia para impulsar el sector oleícola y cuándo estará lista?
La I Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar, que queremos presentar antes de que acabe el año, surge como herramienta para afrontar los retos de futuro de los profesionales dedicados a la producción de aceite de oliva y aceituna. Para lograrlo, apostamos por la innovación, la digitalización, la economía circular, la Producción Ecológica y la calidad diferenciada.
Además, esta planificación pone el foco en el necesario relevo generacional del campo, una asignatura en la que debemos implicarnos al máximo si queremos asegurar que la actividad agraria continúe siendo el motor de una Comunidad Autónoma que ha estado tradicionalmente ligada al campo. Por otro lado, la Estrategia busca potenciar la rentabilidad y competitividad del sector olivarero aprovechando que los consumidores son cada día más conscientes de la importancia de la buena nutrición. Difundir el carácter saludable del aceite de oliva entre la población mundial nos permitirá alcanzar nuevos mercados en los que, hasta ahora, se consumían otras grasas, ganando así un nuevo público. Y todo, sin olvidarnos del gran reto: el agua.
Siendo Andalucía la primera productora del mundo de aceite de oliva, además de contar con 12 Denominaciones de Origen Protegidas y 1 Indicación Geográfica Protegida de aceite de oliva, ¿cree que se ha consolidado la imagen del aceite de oliva andaluz a nivel internacional?
Por supuesto. Andalucía es sinónimo de excelencia en el sector oleícola y su fama es conocida en los cinco continentes. Cada día son más los países que eligen nuestros aceites de oliva vírgenes extra con Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP). Esta conquista de mercados internacionales se plasma en las cifras de exportaciones del aceite de oliva con denominación de calidad. Aunque sigue teniendo como principal destino el mercado nacional, este producto está incrementando sus exportaciones en los últimos tiempos. En concreto, el valor de las ventas internacionales de aceite de oliva virgen extra de Andalucía amparados por alguna DOP o IGP rondó los 60 millones de euros ya en 2022.
El sello de calidad “Gusto del Sur” ha celebrado su primer aniversario. ¿Qué balance hace de la puesta en marcha de esta marca y qué representa en cuanto a la promoción del AOVE andaluz?
El balance es más que positivo. Ya contamos con 127 empresas y 328 referencias adheridas a la marca “Gusto del Sur” y el sector del olivar está apostando claramente por este distintivo que diferencia a los alimentos en el mercado ofreciendo a los consumidores una garantía de calidad. En concreto, más de 60 firmas y Consejos Reguladores de denominaciones ligadas al olivar se han sumado a esta iniciativa; y estas entidades reúnen a casi un centenar de productos de la más alta calidad que proceden de los olivos andaluces.
Los nuevos sistemas de plantación están revolucionando la olivicultura. En Portugal el olivar en seto y superintensivo ocupa el 25% de la superficie, representando el 85% de la producción. Por su parte, Andalucía cuenta con más de 1,6 millones de hectáreas de superficie de olivar, de las cuales una gran parte corresponden a olivar tradicional. ¿Cómo puede sumarse Andalucía a esta tendencia para no quedarse atrás respecto a otros territorios?
La conocida como nueva olivicultura llegó al campo andaluz hace ya años. A finales del siglo XX empezaron a aplicarse en algunas explotaciones olivareras de Andalucía los llamados nuevos sistemas de plantación. Desde entonces, las plantaciones intensivas y superintensivas fueron aumentando y han convivido con las fincas que siguen con sistemas tradicionales y que son los mayoritarios. Son métodos totalmente compatibles y se complementan en el campo. La Junta respalda todos los tipos de explotaciones con la I Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar, fomentando su competitividad e impulsando la modernización. Mantener la tradición no está reñido con innovar y modernizarse.
¿Cómo se puede garantizar la rentabilidad del olivar tradicional cuando una parte importante no se puede reconvertir?
Es cierto que los sistemas intensivos y superintensivos suponen una oportunidad para reducir costes de producción respecto al tradicional, pero, como decía, son modelos que pueden convivir en un mismo territorio. Más allá del sistema, existen diversas estrategias que permiten aumentar la competitividad de las explotaciones, entre las que destaca la diferenciación del producto. En Andalucía sabemos mucho de esto y nuestra producción aceitera está amparada por 12 DOPs y una IGP que avalan su excelencia a nivel internacional. En total, contamos con 560.000 hectáreas de olivos incluidas en estas denominaciones de calidad. Y no podemos olvidarnos de las 130.000 hectáreas de Producción Ecológica, un método de obtención que también permite a nuestros aceites mejorar su posición en el mercado.
En general, ¿cómo ve el futuro del sector oleícola andaluz?
Soy optimista y tengo una gran confianza en los agricultores y empresarios agroindustriales, así que confío en un futuro de éxitos para el sector andaluz no exento de desafíos, pero positivo gracias al gran trabajo que se realiza en el campo y en las almazaras. Los mercados buscan esa calidad y se han fidelizado a un producto estrella a nivel gastronómico y muy saludable.