Un nuevo estudio de la Universidad de Tulane (EEUU) sugiere que los beneficios de la Dieta Mediterránea para el cerebro pueden funcionar al cambiar el equilibrio de las bacterias en el intestino.
En un estudio publicado en Gut Microbes Reports, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane descubrieron que los sujetos que seguían una Dieta Mediterránea desarrollaban patrones de bacterias intestinales claramente diferentes en comparación con los que consumían una dieta occidental típica. Estos cambios bacterianos se correlacionaban con una mejor memoria y un mejor rendimiento cognitivo.
"Sabíamos que lo que comemos afecta la función cerebral, pero este estudio explora cómo podría estar sucediendo eso", ha señalado la autora principal Rebecca Solch-Ottaiano, del Centro de Investigación de Neurociencia Clínica de Tulane.
Según ha destacado la investigadora, “nuestros hallazgos sugieren que las elecciones dietéticas pueden influir en el rendimiento cognitivo al remodelar el microbioma intestinal”.
El estudio encontró que las ratas alimentadas con una dieta de estilo mediterráneo rica en aceite de oliva, pescado y fibra durante 14 semanas mostraron aumentos en cuatro tipos beneficiosos de bacterias intestinales y disminuciones en otras cinco en comparación con las que siguieron una dieta occidental alta en grasas saturadas. Estos cambios bacterianos se relacionaron con un mejor rendimiento en los desafíos diseñados para probar la memoria y el aprendizaje.
Específicamente, los niveles más altos de bacterias como Candidatus Saccharimonas se asociaron con un mejor rendimiento cognitivo, mientras que los niveles elevados de otras bacterias, como Bifidobacterium, se correlacionaron con una función de memoria más deficiente.
El grupo de la Dieta Mediterránea también mostró una mejor flexibilidad cognitiva (la capacidad de adaptarse a nueva información) y una memoria de trabajo mejorada en comparación con el grupo de la dieta occidental. Mantuvieron niveles más bajos de colesterol LDL "malo".
Según ha detallado la universidad norteamericana, este estudio es el primero en evaluar los efectos de la Dieta Mediterránea sobre la microbiota y los resultados de la función cognitiva en relación con la dieta occidental en un modelo de roedores. Los investigadores utilizaron ratas jóvenes aproximadamente equivalentes en edad a humanos de 18 años para modelar los efectos de la dieta durante un período crítico de desarrollo. Las dietas se basaron en el consumo humano y utilizaron ingredientes que reflejan la complejidad de las dietas humanas. La Dieta Mediterránea mostró claros beneficios para la flexibilidad cognitiva, la memoria y la salud intestinal, lo que sugiere posibles paralelismos en adultos jóvenes cuyos cerebros y cuerpos aún están madurando.
"Nuestros hallazgos sugieren que la Dieta Mediterránea o sus efectos biológicos podrían aprovecharse para mejorar el rendimiento escolar en adolescentes o el rendimiento laboral en adultos jóvenes", ha resaltado Demetrius M. Maraganore, titular de la Cátedra Herbert J. Harvey, Jr. en Neurociencias, quien ha añadido que "si bien estos hallazgos se basan en modelos animales, se hacen eco de estudios humanos que vinculan la Dieta Mediterránea con una mejor memoria y un menor riesgo de demencia".
Los investigadores enfatizan que se necesitan estudios humanos más amplios para confirmar estos efectos y comprender mejor la compleja relación entre la dieta, las bacterias intestinales y la función cerebral en los jóvenes.