A continuación, se desarrollaron dos mesas redondas moderadas por el consultor estratégico Juan Vilar. La primera de ellas, abordó proyectos innovadores que se han puesto en marcha para el desarrollo del olivar tradicional. Miguel Calero, Lead Emerging Technologies de Izertis, abordó el papel de la tecnología en la mejora del olivar tradicional y destacó que "la digitalización y el uso de tecnologías como el blockchain pueden hacer más competitivo al olivar tradicional sin perder su esencia, permitiendo una mayor trazabilidad que ayude a trasladar el valor a lo largo de toda la cadena hasta el consumidor”.
Por su parte, David Erice, del Gabinete Técnico de UPA, analizó el futuro del olivar tradicional en un contexto en el que los consumidores cada vez están más informados . "Dentro de 20 años, el olivar tradicional seguirá teniendo un papel relevante si logramos diferenciarlo y poner en valor su singularidad y sostenibilidad”, subrayó.
Como cierre, Marta Gallego, directora de Calidad Global de Migasa, recalcó la importancia de este sector para esta empresa de origen familiar. “Ya en 2021, pusimos en marcha el proyecto de sello Olivar Tradicional, mediante un acuerdo firmado junto a UPA y LIDL, para contribuir a poner en valor la tradición milenaria y sostenible de cultivo del olivar a la vez que garantiza un precio justo para los agricultores”, añadió.
La segunda mesa puso el foco en el futuro comercial del olivar tradicional. En ella, Cristóbal Cano, secretario general de UPA-Andalucía, resaltó la necesidad de argumentar mejor el valor diferencial del aceite procedente del olivar tradicional para mejorar su remuneración. "El consumidor debe entender que detrás de este aceite hay un sistema productivo sostenible, socialmente responsable y con un impacto directo en la fijación de población rural", aseveró.
Lucía Serrano, presidenta de Infaoliva, explicó que la estabilidad y calidad del aceite de olivar tradicional pueden ser una ventaja competitiva. "Elaborar aceite con aceituna de olivar tradicional suele ser menos complejo por la calidad inicial del fruto y produce aceites más estables. Debemos trabajar mejor la comunicación para que el consumidor conozca estos aspectos", señaló.
Finalmente, Antonio J. Gallego aportó una visión específica sobre los retos de la comercialización del aceite de olivar tradicional que se están trabajando desde el Grupo Operativo Olivar Tradicional del que Migasa forma parte junto a UPA, LIDL, Izertis y la Universidad de Jaén. “Desde Migasa reafirmamos nuestro compromiso con la sostenibilidad del olivar tradicional y con el apoyo a los agricultores. Nuestro objetivo es seguir promoviendo su competitividad y posicionamiento en los mercados por eso participamos en este proyecto que tiene como objetivos aportar innovación tecnológica (con la implantación de un proceso innovador), comercial (apostando por un posicionamiento diferente del producto) y social (dirigido a un sector con grave riesgo de exclusión, como es el olivar tradicional), para favorecer el desarrollo comercial de estos aceites de calidad excepcional”, aseguró.