Tiempos de crisis
Todos ellos detallan cómo han afrontado sus empresas los desafíos de las dos campañas de menor producción (2022/23 y 2023/24) y las pronunciadas subidas de precios, “dos años que han supuesto todo un Máster”, apunta Gonzalo Guillén, al tiempo que Jorge de Melo se pregunta: “¿es que acaso no son todos los tiempos convulsos?”, si bien añade que en Sovena “hemos tenido capacidad de estar con los clientes, manejando la situación y cumpliendo los contratos y compromisos”. Eso sí, se muestra optimista: “El mercado volverá, hemos tenido un consumidor leal y fiel y lo vamos a conseguir”.
Los participantes coinciden en destacar la eficiencia y la previsión frente a las crisis. “Porque las crisis son súper oportunidades”, en palabras de José Luis de Prado, quien apuesta por “eficiencia, eficiencia y eficiencia para que cuando lleguen los malos tiempos, estemos preparados”.
En el caso de Deoleo, Silva remarca que “somos una compañía de marcas” que sitúa al consumidor en el centro, satisfaciendo sus necesidades; y que en el contexto de incertidumbre del pasado año -marcado tanto por la falta de calidad como de cantidad con precios elevados- la empresa ha sido fiel a su estrategia, que tiene como palancas la calidad, la sostenibilidad y la innovación.
El CEO de Acesur, Gonzalo Guillén, asegura que han sido dos años “complicados”, si bien no se muestra preocupado por el futuro, ya que en 20 años el consumo mundial ha crecido un 75%. “Se trata de un producto saludable y todo es favorable, por lo que hay que ser optimistas”, asevera. Respecto a las fortalezas de la empresa, se refiere a aspectos como la integración vertical, la relación directa desde el agricultor hasta el cliente, la garantía de calidad, la transparencia, la trazabilidad y a la eficiencia en todos los procesos, así como la diversificación de mercados, clientes y suministro.
EEUU
En relación a los posibles escenarios en el mercado de aceite de oliva de EEUU ante las injustas políticas arancelarias/comerciales de Donald Trump, Jorge de Melo cree que la razón se va a mantener, ya que en lo que se refiere al aceite de oliva, al ser un producto tan saludable, “es de interés del Gobierno de EEUU no imponer tarifas arancelarias, porque además no dispone de producción propia en cantidad suficiente. Estamos atentos al tema, y nuestras operaciones industriales en EEUU buscarán las mejores alternativas para seguir creciendo en el mercado americano”, asevera.
“Nadie sabe qué puede pasar”, afirma el CEO de Acesur, quien añade que, en cualquier caso, la compañía “está preparada y es muy flexible para adaptar su logística priorizando unos orígenes u otros, y para envasar localmente en España o en nuestra planta de EEUU. Todo dependiendo de qué tipo de arancel se imponga, si llegase el caso, y a qué países”.
Antonio Luque destaca que, como todos los sectores, “estamos a la espera de ver cómo se concreta esto. Hay amenazas genéricas, pero tenemos que ver en qué queda”. A su juicio, el peor escenario sería “que los aranceles se impusieran por países, como ya ocurrió la otra vez, es decir, a Italia no y a España sí. Independientemente de ello, lo que esperamos todos es que nuestras administraciones (europea y española) estén a la altura y sean capaces de gestionar este asunto cuando llegue”, remarca.
Antonio Gallego subraya que en Migasa “nos preparamos hace varios años para este tipo de contingencias invirtiendo en EEUU y haciendo acuerdos de copaking con empresas ya establecidas en este país”. Por ahora, según precisa, “nuestra intención es seguir sirviendo a EEUU desde España con todos nuestros productos; sin embargo, hay que estar preparados. Por ahora sólo podemos esperar acontecimientos”.
Precios
Según Gonzalo Guillén, “parece que hay cierta estabilidad que podría mantenerse si la climatología es adversa para el olivar y las salidas permanecen altas como ocurrió en enero”. En su opinión, “el nivel actual es justo y válido para todos los eslabones de la cadena. Pero, lamentablemente, en caso de que el consumo no se esté despertando a la velocidad que nos gustaría, o que la climatología sea benévola y nos acompañen las lluvias durante la primavera favoreciendo buenas expectativas para la próxima cosecha, aparentemente podría haber alguna relajación en los mercados”, asegura, al tiempo que considera que existen muchas incógnitas que “no nos permiten hacer una proyección de la evolución de los precios que sea realista”.
Por su parte, el presidente de Dcoop destaca el buen dato de salidas en enero, que “ojalá se mantenga sostenido en los próximos meses”. Por otro lado, apunta que ha llovido mucho en algunas comarcas, pero en otras la sequía sigue impactando, por lo que “tendremos que ver qué ocurre en primavera para ver la evolución del olivar con vistas a la próxima campaña. De ambos factores -sobre todo el último- dependerá la evolución de los precios”.
Y Silva resalta que “nos encontramos en un contexto favorable, tanto para la categoría como para el consumidor. Creemos que en esta campaña podríamos alcanzar los 1,4 millones de toneladas, una producción suficiente para distanciarnos de los precios de los últimos años, en los que había escasez de producto”. En ese sentido, asegura que lo lógico es que “volvamos a precios más similares a los de 2021 y 2022, aunque posiblemente se pueda ver en las próximas semanas cierta bajada en los precios en origen.Esta es una gran oportunidad para recuperar nuestra penetración en los mercados y para que nuestros consumidores vuelvan a apostar con firmeza por nuestras marcas, en las que la calidad, la innovación y la cercanía están tan presentes”, resalta.
El director general de Grupo Migasa asegura que “en un escenario incierto, en nuestra compañía pensamos que hay que luchar por conseguir los precios que hemos tenido los dos últimos años, y para eso debemos seguir invirtiendo en promoción. Hemos visto cómo se ha recuperado el consumo con la bajada de precios, pero ese aumento del consumo hay que conseguirlo por medio de la promoción y no por la disminución del precio al que vendemos el aceite”.
Consumo
Sobre el consumo, aseguran que hay que poner al consumidor en el centro y satisfacer sus necesidades. A su vez, apuestan por la calidad, la innovación y la promoción, debiendo incrementarse el presupuesto destinado a este fin con el objetivo de impulsar la imagen de que España es líder absoluto a nivel mundial. Además, Luque aboga por un trabajo conjunto por parte de todo el sector para que los “jóvenes conozcan y valoren cada vez más el aceite de oliva”. Para Silva, la transparencia, la trazabilidad, la sostenibilidad y la innovación son pilares fundamentales para atraer a este tipo de consumidor. Y Antonio Gallego defiende acercar el trabajo del agricultor al consumidor final y alargar el lineal con muchos más productos. Así, apuesta por que la estrategia de futuro sea la segmentación para llegar a cada uno con lo que quiere, ya que hay consumidores que están dispuestos a pagar más, por ejemplo, por un aceite procedente de un olivar tradicional. En este sentido, destaca el sello de Olivar Tradicional puesto en marcha por la empresa.
Para Guillén, en materia de consumo hay que tener en cuenta tres claves: promoción, innovación (packaging o nuevos usos) y calidad. En calidad, a su juicio, “faltan alegaciones nutricionales concisas, claras y cortas que quepan en una etiqueta y que lo diferencien de otros aceites. No hemos sido capaces de convencer a la EFSA o a la FDA”.
Para el CEO de Sovena, la calidad es básica en el tema de consumo y es necesario explicar a los consumidores qué es el aceite de oliva, destacando y difundiendo sus beneficios para la salud. También apuesta por deshacer mitos, ya que, por ejemplo, “en países como Brasil algunos consumidores aún creen que freír con este aceite es malo para la salud”, defendiendo, a su vez, que en las cocinas de estos países se experimente a nivel de sabor con este producto.