Según los datos de este organismo, la superficie asegurada fue de 181.718 hectáreas (123.335 hectáreas en 2018), mientras que la superficie cultivada se situó en 2.619.947 hectáreas. Por su parte, la producción asegurable alcanzó 7.551.463 toneladas en 2019, frente a 9.716.124 hectáreas del año anterior. Asimismo, el valor de la producción asegurada fue de 373,03 millones de euros, frente a los 261,81 millones de euros de un año antes, mientras que el número de pólizas alcanza la cifra de 8.259 (6.995 en 2018). Cabe recordar que el ejercicio 2019 resultó meteorológicamente muy inestable, aunque algo más benévolo en términos de indemnizaciones que los anteriores, alcanzándose los 640,74 millones de euros de manera general y superando los 22 millones de euros en el caso del olivar (6,38 millones de euros en 2018) por los daños ocasionados en 80.347 hectáreas. Durante ese año, se encadenaron todo tipo de fenómenos climáticos extremos. Principalmente, el escaso volumen de precipitaciones produjo importantes daños por sequía, pero también se han registrado tormentas de pedrisco -en ocasiones de gran intensidad-, heladas y gotas frías, entre otros fenómenos. En efecto, en este cultivo fue la sequía, riesgo muy recurrente en nuestro país, la que más daños causó: la falta de lluvias ha afectado a los rendimientos tanto de aceituna de verdeo como de almazara, totalizando cerca de 13.000 hectáreas. Las tormentas de pedrisco, en algunos casos de gran virulencia, también resultaron especialmente dañinas y afectaron a casi 10.000 hectáreas de olivar. Entre ambos riesgos, la superficie afectada fue de alrededor del 30% de la total asegurada, según la entidad aseguradora.