Estas normas tienen por objeto aliviar la carga administrativa de los organismos pagadores nacionales adaptándose a las circunstancias actuales y, al mismo tiempo, garantizar los controles necesarios para las ayudas de la PAC. Las reglas permiten reemplazar las visitas a las granjas por otras alternativas, incluidas nuevas tecnologías como imágenes satelitales o fotos con etiquetas geográficas, lo que garantiza controles fiables respetando la restricción de movimientos y minimizando los contactos físicos entre agricultores e inspectores. Además, las reglas incluyen flexibilidad en torno a los requisitos de plazo para los controles, lo que permitirá a los Estados Miembros posponer los controles, en particular hasta un período en el que se levanten las restricciones de circulación. Además, las normas comprenden una reducción del número de controles físicos sobre el terreno que deben realizarse para las medidas relacionadas con la superficie y los animales en el marco de los pagos directos y el desarrollo rural, las inversiones en desarrollo rural y las medidas de mercado para las frutas, hortalizas, vino, y los sectores del aceite de oliva y la apicultura. Las reglas se aplicarán retroactivamente para cubrir los controles desde principios de 2021.