La organización ha recordado que el olivar tiene dos momentos principalmente críticos en los que necesita agua para su producción: el de la floración en el mes de abril y el de maduración en el mes de septiembre, "por lo que estas lluvias están viniendo muy bien, si bien también hay que tener en cuenta que el olivo florece en los crecimientos del año anterior.
A modo de ejemplo, COAG ha precisado que "en 2018, cuando se registró una gran cosecha de unos 1,8 millones de aceite a nivel nacional, los olivos de riego tenían más de 10 entrenudos de media, y seis u ocho en el secano, sin embargo, en la actualidad hay olivos de secanos con tan solo dos o tres entrenudos, y eso da para un par de aceitunas por ramo".
A su juicio, la zona que se encuentra peor en este sentido es la de la campiña de la zona de Fuerte del Rey, hasta Lahiguera, y zonas de Arjona, especialmente olivar de riego "que no ha recibido el agua suficiente en los últimos años y que es más dependiente de ella".
Para la organización, en estos momentos es pronto para hablar de previsiones de cosecha, "ya que debe empezar la floración, que no se produzcan heladas o días de excesivo calor que estropeen la flor, entre otros efectos meteorológicos".
"Lo que sí está claro, es que si todo fuese bien, de aquí al mes de septiembre, cuando se empiecen a recoger las primeras aceitunas, se podría tener una cosecha media, una buena noticia tras dos muy malas, pero no para lanzar las campanas al vuelo", ha considerado.
Disponibilidad de aceite
En cuanto a la disponibilidad de aceite, COAG ha indicado que que a pesar de todas las lluvias, en estos momentos y hasta que empiece la recogida de la próxima cosecha, "el aceite es el que hay y el enlace puede ser corto si continúan las buenas salidas al mercado".
En su opinión, se trata de una buena noticia para el sector "porque demuestra la confianza del consumidor en un producto de alta calidad, base de la Dieta Mediterránea, a pesar de la subida de precios".