Según ha explicado, la tuberculosis se caracteriza por la formación de tumores en las ramas, que son menos frecuentes o inusuales en hojas y frutos. Inicialmente, los tumores suelen ser de color verde y tener una superficie lisa, pero con la evolución de la enfermedad, su superficie se oscurece y se deforman. Además, ha añadido que puede permanecer latente durante varios meses hasta que se den condiciones favorables para su desarrollo y dar lugar a los síntomas externos.
La RAIF ha detallado que la bacteria necesita agua libre para dispersarse y multiplicarse y heridas para producir una nueva infección. En presencia de agua libre este patógeno puede producir exudados que, lavados por el agua de lluvia, arrastran las bacterias y las dispersan a otras ramas o árboles vecinos. Una vez allí, necesitan una herida para infectar el tejido vegetal.
Asimismo, ha precisado que los periodos más favorables para la dispersión son otoños y primaveras lluviosas, si bien es en primavera cuando esta enfermedad se desarrolla más fácilmente debido a que las temperaturas son más adecuadas para la actividad de la bacteria.