Los miembros de la asociación han explicado a los altos cargos lusos que Olivérica nació recientemente para unir fuerzas y representar a agricultores con inquietudes comunes de ambos países.
La asociación cuenta ya con más de 14 socios y el objetivo en su primer año es sumar hasta 25.000 hectáreas de olivar en seto.
Según ha detallado la asociación, el avance del cultivo del olivar en seto en Portugal es notable y este modelo de cultivo es responsable ya del 75% de toda la producción de aceite del país. Así, 110.000 t. de las 150.000 t. de aceite producidas anualmente proceden del olivar en seto. El Alentejo es la región donde este tipo de olivar está más presente.
En la reunión, la junta directiva de Olivérica ha destacado la eficiencia productiva de este modo de cultivo, así como sus ventajas ambientales y sociales, suponiendo un ecosistema sostenible y de futuro. Igualmente, se ha señalado el alto grado de tecnificación y la profesionalidad de estas explotaciones que aseguran un relevo generacional de calidad y la creación de empleo de alto nivel técnico. Al encuentro han asistido dos socios, padre e hijo, que cuentan con olivar en seto en Portugal y que han confirmado este ejemplo de relevo de éxito.
Además, la asociación ha mostrado su apoyo al olivar tradicional y su intención de emprender acciones conjuntas puesto que “es fin común de todos vender las excelencias del aceite de oliva virgen extra como un producto exclusivo de calidad en todo el mundo”, según ha resaltado Gregorio Álvarez, quien ha incidido en que Olivérica nació con el fin de “sumar y aportar” en la defensa de todo el sector olivarero.
Asuntos técnicos
Olivérica ha trasladado al secretario de Estado de Agricultura de Portugal su preocupación acerca de los desafíos planteados en torno a los MOSH-MOAH. Por su parte, Moura ha ofrecido los servicios técnicos y científicos del Ministerio en relación con la adaptación del sector a la legislación sobre los MOSH-MOAH, que entrará en vigor previsiblemente en 2026.
La entidad también ha reclamado a Moura que el alperujo sea considerado un subproducto y no un residuo, de forma que se facilite y potencie su valorización a través del compostaje o de la generación de biogás, entre otras alternativas. El Secretario de Estado de Agricultura de Portugal se ha comprometido a trasladar a su homólogo de medio ambiente esta inquietud y petición del sector.
Cumbre Portugal-España
Por otro lado, en el marco de la cumbre Portugal-España, celebrada en Faro, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y el de Agricultura y Pesca de Portugal, José Manuel Fernandez, han repasado algunos de los principales asuntos en los que ambos países tienen intereses comunes y han coincidido en situar las sequías recurrentes que afectan con mayor incidencia en algunas zonas de la Península Ibérica, los problemas derivados del cambio climático y el futuro de la Política Agraria Común (PAC) como prioridades para la nueva legislatura europea.
En la reunión ministerial, Planas y Fernandes han compartido la preocupación por las situaciones de sequía que se suceden en los últimos años y que afectan con más intensidad a determinadas zonas de ambos países, en las que persiste pese al buen inicio general del año hidrológico. El ministro español ha valorado que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Van der Leyen, haya incluido la elaboración de una agenda del agua entre las prioridades para la nueva legislatura.
Los ministros español y portugués han abordado el desarrollo de una posición común en el debate sobre el Diálogo Estratégico Europeo y la configuración de la PAC a partir de 2027, que debe recoger aspectos que den solución a los problemas que han generado el malestar de agricultores y ganaderos.
Además, en el encuentro se ha tratado también la necesidad de que la Unión Europea arbitre algún mecanismo para cubrir los daños extraordinarios en las producciones agrarias, que cada vez se ven más afectadas por episodios climáticos extremos a los que es imposible hacer frente con los fondos de la actual reserva de crisis.