El proyecto BOILÀ se centra en investigar alternativas tecnológicas capaces de asemejar las propiedades sensoriales y tecnológicas de las grasas animales, con un enfoque más sostenible y saludable. Para ello, se exploran métodos avanzados de extracción de aceite (oleosomas) a partir de materias primas vegetales como semillas de uva, semillas de calabaza, frutos secos y subproductos agrícolas. Estos procesos emplean técnicas innovadoras como el prensado a baja temperatura, ultrasonidos, procesos electroquímicos o tecnologías de separación con membranas, según ha detallado AINIA.
Otra de las líneas de investigación se basa en la oleogelación proteica, un proceso mediante el cual los aceites líquidos (como los de girasol, oliva o colza) se transforman en estructuras sólidas o semisólidas aplicando ingredientes proteicos para su estabilización. De este modo, se pueden alcanzar propiedades tecnológicas y sensoriales muy próximas a las grasas saturadas, como las de origen animal o vegetal sólido (palma o coco), para facilitar así su incorporación en alimentos que requieran texturas y consistencias más sólidas, pero con un perfil nutricional más saludable.
BOILÀ incorpora también estrategias biotecnológicas para producir lípidos mediante microorganismos (bacterias y levaduras) y aceites vegetales cultivados in vitro. Estas innovaciones permitirán, a su juicio, generar alternativas sostenibles a las grasas animales y vegetales tradicionales, minimizando el impacto ambiental y optimizando el uso de recursos.
El objetivo final del proyecto es proporcionar soluciones que no solo mejoren la calidad sensorial y nutricional de los alimentos plant-based, sino que también contribuyan a una cadena de suministro más sostenible. BOILÀ cuenta con la colaboración de empresas como Postres Lácteos Romar, Cárnicas Serrano y Aceitunas Cazorla, que participarán en el desarrollo y aplicación de estas innovaciones en productos de consumo.