Según concluye este documento, el estado de la transformación digital en la agricultura española es heterogéneo, ya que en función de la tecnología que se analice nos encontraremos en una fase o en otra. Es decir, en el caso de las tecnologías de recolección de datos, la mayoría de los actores iniciales ya las han implementado. Sin embargo, en otros tipos de tecnologías, basadas en la extracción de información en función de los datos como, por ejemplo, las herramientas de riego, de fertilización o de plagas y enfermedades, solo los primeros adoptantes la usan.
Al observar esta casuística, señala que parece que los profesionales del sector agrícola español pueden disponer de tecnologías básicas que les proporcionan datos fundamentales sobre sus cultivos, pero el tratamiento mayoritario de esta información sigue siendo manual. En la actualidad, la recopilación automatizada y normalizada de datos de los campos es un tema de gran relevancia. Por un lado, permite la toma de decisiones automatizada y, por otro, permite la síntesis de nuevas tecnologías como los sistemas de Inteligencia Artificial, que utilizan fuentes de datos como instrumento principal en su entrenamiento.
Por tanto, una de las mayores innovaciones que trae consigo la digitalización como es el análisis de datos o la recopilación automatizada de estos aún no está extendida en el campo español, según recoge este informe.
No obstante, añade que la agricultura española es un sector propenso al cambio, aunque pueda haber cierta lentitud en la transferencia tecnológica. Esto se refleja en el interés en la robotización, donde la mayoría de profesionales agrícolas desean automatizar su actividad, especialmente los de mayor edad.
La recolección de la cosecha es la tarea principal que desean robotizar las personas productoras, pero también se destacan otras labores como el monitoreo de plagas y enfermedades, la aplicación de fertilizantes, los pesticidas o la siembra, entre otras.
Para expandir la implementación de tecnologías digitales, los profesionales del sector agrícola demandan diversos cursos de formación, principalmente especializados en mejorar la eficiencia en la aplicación de los insumos utilizados en sus explotaciones. Sin embargo, considera que es necesario adaptar estos cursos a sus necesidades específicas por subsectores y a sus preferencias de formato. En cuanto a este último aspecto, prefieren formaciones en línea de corta duración y de formato mixto, siendo este último el más adecuado para implementar una formación práctica y permitirles experimentar directamente los beneficios que ofrecen los productos y servicios digitales.