El Ejecutivo comunitario precisó que el acuerdo establece un marco ambicioso y moderno para profundizar y ampliar el diálogo político, la cooperación y las relaciones económicas entre la UE y México. A su juicio, creará nuevas oportunidades económicas para ambas partes, incluido el potencial de crecimiento para las exportaciones agroalimentarias de la UE a México, al tiempo que promueve valores compartidos y normas progresistas sobre desarrollo sostenible.
Para Bruselas, "el acuerdo creará una gran cantidad de oportunidades para los agricultores y exportadores agroalimentarios de la UE, ya que México es un importador neto de productos agroalimentarios comunitarios".
El acuerdo, según ha precisado, eliminará aranceles de hasta el 100% sobre importantes productos de exportación de la UE, como el queso, las aves de corral, la carne de cerdo, la pasta, las manzanas, las mermeladas y confituras, así como el chocolate y el vino; ampliará la protección de productos europeos icónicos y tradicionales (Indicaciones Geográficas) a 568; y hará que las exportaciones agroalimentarias sean “más rápidas y baratas” mediante procedimientos más simples.
El comisario de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, resaltó que “los productos agroalimentarios europeos son reconocidos en todo el mundo y sus agricultores cumplen con creces sus compromisos, lo que convierte a la UE en el principal exportador mundial de productos agroalimentarios. Los agricultores y productores de alimentos y bebidas de la UE ya exportan productos por valor de más de 2.000 millones de euros a México. Este acuerdo global modernizado con México les abrirá y les garantizará cuotas de mercado y oportunidades aún mayores. Y los consumidores mexicanos podrán disfrutar de lo mejor de la UE”.
Sujeto a la revisión legal final, la UE y México procederán ahora con sus respectivos procedimientos para la conclusión y ratificación del acuerdo.
Claves del mercado de aceite de oliva en México
Según un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones,
publicado recientemente en Mercacei, en los próximos años se espera que el consumo de aceite de oliva mantenga una tendencia creciente en México. El estudio subraya que la mayor preocupación por la salud por parte del consumidor mexicano aumenta las expectativas sobre el crecimiento en el consumo de este producto.
El consumo de aceite de oliva es bajo (0,1 litros per cápita frente a 7,7 litros de aceite en general), lo que se debe a que el aceite de oliva no es un producto de consumo generalizado ni integrado en la gastronomía mexicana. Su uso se limita al consumo en crudo, si bien existe un creciente interés por sus características saludables y el aumento de restaurantes de cocina mediterránea.
Sobre las perspectivas del sector, destaca la tendencia creciente y constante en las importaciones, con un incremento del 100% en valor en los últimos 10 años y posible aumento de la demanda por la percepción saludable del aceite de oliva, así como una mejora en el poder adquisitivo en parte de la población.