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Balance de la campaña 2024/25: ¿Cómo ha sido la cosecha en los principales países productores?

Balance de la campaña 2024/25: ¿Cómo ha sido la cosecha en los principales países productores?

viernes 21 de febrero de 2025, 10:05h
Consultores y expertos internacionales del sector del aceite de oliva abordan en este artículo cómo se ha desarrollado la campaña de producción 2024/25 en los principales países productores.

España

El director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco, precisa que la campaña 2024/25 se acerca a su fin en España y, después de los últimos datos arrojados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a 31 de enero, “podemos decir que la producción acumulada a esa fecha ha sido de 1,23 millones de toneladas de aceite de oliva. Considerando lo que tan sólo nos resta de febrero, y un marzo residual, hará que alcancemos en torno a 1,40 millones de toneladas”. Esto supone una producción final que será un 8,5% superior a la predicción oficial, la cual se estimó en 1,29 millones de toneladas, “lo que se puede considerar un dato que se acerca a lo esperado y por tanto no hay grandes sorpresas en este sentido”, precisa.

A su juicio, la novedad está en la rápida recuperación de las salidas de aceite de oliva en España, asociadas a la demanda, que se han situado en enero entre 135.000 y 140.000 toneladas, a la espera de confirmación del dato de importaciones.

Con todas estas cifras, “podemos acercarnos a prever el enlace de campaña que tendremos el 1 de septiembre de 2025, considerando la disponibilidad de aceite en los 12 meses corrientes de campaña, que será de en torno a 1,825 millones de toneladas (enlace anterior + producción + importaciones) y considerando las salidas proyectadas en torno a 1,450 millones de toneladas (al ritmo futuro de 125.000 t./mes). Con estas hipótesis tendremos un enlace para la siguiente campaña de 350.000-400.000 toneladas, lo cual se puede considerar un punto de partida medio o bajo para la campaña 2025/26, lo que nos da apenas para tres meses de salidas”.

“Visto todo lo anterior, lo que nos confirma una campaña ajustada, concluiremos que la evolución de los precios estará en función de la climatología venidera marcada fundamentalmente por tres periodos críticos: la bondad de las precipitaciones y temperaturas de final de invierno y primavera; la dureza del verano; y la presencia de lluvias en la primera mitad del otoño, todo lo cual condicionará la futura cosecha y, sobre todo, los diferentes aforos de la campaña 2025/26 que pronto empezarán a aparecer, en uno u otro sentido, con unos u otros intereses”, explica Penco.

Finalmente, indica que, con la constatación cierta del alto incremento de los costes de cultivo en los últimos tres años, “el precio de equilibrio del aceite debe ser aquel que permita una renta digna a los olivareros, máxime cuando hemos comprobado que en las dos últimas campañas el consumidor nos ha sorprendido aceptando el valor del aceite de oliva más que el propio sector”.

Italia

El director de la Associazione Nazionale Città dell'Olio, Antonio Balenzano, afirma que la producción de aceite de oliva virgen extra en Italia se estima en alrededor de 220.000 toneladas, lo que supone una disminución del 32% respecto al año anterior, según Ismea-Unaprol. Balenzano destaca que las condiciones meteorológicas desfavorables han agravado la fluctuación cíclica natural que tradicionalmente se observa en este sector. Así, detalla que mientras que el norte y el centro de Italia registran importantes aumentos (+75% y +70%, respectivamente), el sur registra una caída del 41%, especialmente en Puglia. Mientras tanto, los precios del aceite de oliva se mantienen en torno a los 9 euros el kilo.

En este contexto, cree que la biodiversidad del olivo, especialmente en los olivares históricos y resilientes, desempeña un papel crucial: por un lado, ayuda a afrontar los desafíos que plantea el cambio climático; por otro, puede garantizar una producción estable, “aunque recuperar y volver a poner en funcionamiento estos olivares no es una tarea fácil. Por tanto, es fundamental destacar y promover las distintas variedades autóctonas para fomentar una cultura del aceite de oliva más consciente e informada”. Desde esta perspectiva, considera que actividades como el oleoturismo y la educación alimentaria, en sinergia con la restauración, “ofrecen valiosas oportunidades para aumentar la valoración de un patrimonio profundamente ligado a la identidad y la prosperidad de nuestras regiones. Apoyar a quienes cultivan y salvaguardan este tesoro significa invertir en el futuro y en el potencial de una cadena de suministro que combina pasión, tradición e innovación en las numerosas comunidades olivareras del país”.

Por su parte, Marco Scanu, oleólogo y asesor internacional en olivicultura y elaiotecnia, apunta que, a falta de los resultados oficiales finales de la cosecha, la campaña cierra con un volumen de en torno a 240.000 t. con el problema climático que se venía presentando al inicio y que se fue confirmando a lo largo de la temporada al sur de Italia, donde Puglia, región más importante y salvo algunos casos excepcionales, ha registrado una cosecha inferior a las expectativas, al igual que Calabria y Sicilia, y un poco menos pero con la misma tendencia en Basilicata. “Podemos decir que todo el sur del país ha sufrido la sequía, el cambio climático en general, y que muchos de los olivares continúan siendo de secano, sin irrigación, por lo que cuentan con menos herramientas para encarar estos cambios de climatología en la regiones más calurosas del sur”.

No obstante, Scanu asegura que en el centro del país la campaña ha sido "espectacular" y ha tenido muy buena cosecha, acompañada de lluvias antes y después. “Durante los dos meses de verano hizo mucho calor pero llegaron las luvias a tiempo para salvar una muy buena cosecha”, resalta, al tiempo que añade que ese calor ha tenido parada la mosca del olivo, por lo que no ha afectado a la calidad de la producción. "Hemos tenido una cantidad, especialmente en Toscana, de récord, como hace mucho tiempo que no se veía”, resalta.

A su vez, precisa que finalmente la nota característica ha sido el bajo rendimiento, que se ha debido, seguramente, a que las lluvias han afectado en momentos inoportunos cercanos a la cosecha. “Las aceitunas llegaron con un peso importante pero con bajo contenido en aceite, por lo que los rendimientos fueron bajos de manera generalizada, salvo excepciones, y eso ha sido una tendencia común en todas las regiones. Obviamente con diferencias varietales importantes y ahí es donde la coratina ha seguido manteniendo su alto de rendimiento como siempre”.

“Es un año atípico, con dificultades tanto en el cultivo ecológico como en el convencional, lo que ha mantenido los precios bastante altos en el aceite 100% italiano respecto a una tendencia internacional a la baja por la gran producción de España, Grecia y otros países. Existe una coyuntura de baja oferta y alta demanda que seguramente tendrá alto el precio del aceite 100% italiano en un periodo largo”, señala Scanu, quien considera que al menos se compensa la baja productividad generalizada, a la espera de una buena cosecha el próximo año, al acumularse agua de las lluvias durante los primeros meses de 2025 y en previsión de una primavera y un verano muy caluorosos. Veremos con que herramientas encaramos ese momento”.

Grecia

En el caso de Grecia, el bróker especializado en el mercado griego Luigino Mazzei señala que, aunque todavía quedan algunas almazaras abiertas, "hay que contar con una producción de 220.000-230.000 toneladas". "En particular, a Italia ha llegado no más del 15-20%, por lo que la mayor parte de la producción todavía está en Grecia, particularmente en Creta".

Asimismo, Konstantinos Tsoronis, químico y oleólogo, afirma que la cosecha 2024/25 en Grecia parece estar terminando con un ajuste a la baja en cuanto a las previsiones de cantidad de aceite de oliva producido. Según añade, la prolongada sequía combinada con las altas temperaturas del otoño ha generado graves problemas, especialmente en los olivares de secano y en las variedades de aceitunas que se caracterizan por su cosecha temprana. Así, la producción de aceite de oliva en Grecia parece alcanzar apenas las 220.000 toneladas.

Tsoronis también remarca que la calidad es "muy alta", sobre todo en las zonas que no se han visto muy afectadas por los fenómenos meteorológicos. Sin embargo, lo que preocupa especialmente a los productores es la fuerte caída de los precios del aceite de oliva. “Los precios extremadamente bajos actuales han provocado que los productores se muestren reacios a vender y prevalece un clima de inestabilidad en el mercado del aceite de oliva", concluye.

Túnez

El agente comercial y bróker italiano Adriano Caramia precisa que la campaña del aceite de oliva tunecino se encuentra en sus fases finales, aproximadamente al 80-85% del total. Según indica, las continuas lluvias durante la segunda quincena de enero y principios de febrero frenaron la actividad de la cosecha, provocando también un ligero empeoramiento de la calidad y una reducción de los rendimientos.

En cuanto al rendimiento de aceite de las aceitunas, asegura que de media es igual o ligeramente inferior al año pasado; mientras que la producción es de "buena calidad", especialmente hasta finales de diciembre. Las cantidades totales de producción se situarán entre 320.000 y 340.000 toneladas. "No será una campaña récord pero estos volúmenes colocan a Túnez entre los principales productores mundiales de aceite de oliva", asevera.

Mientras que en el norte y alrededor del área tunecina la recolección se puede decir que prácticamente se ha completado, en las provincias de Gafsa, Kairouan y Sidi Bouzid se sigue avanzando a buen ritmo, previendo que concluya de manera efectiva a mediados de marzo.

Caramia precisa que los precios se vieron influidos por la curva descendente de todos los demás aceites comunitarios, en particular del mercado español. "Comenzamos a mediados de noviembre con precios que se situaban en torno a 5 euros, pasando por el punto más bajo a mediados de diciembre, con acuerdos cerrados en mínimos justo por encima de los 3 euros, llegando a día de hoy a 3,60-3,70 (precios aproximados de fábrica para calidad media)", detalla.

También subraya las “excelentes” ventas en el exterior, ya que entre el 1 de noviembre y el 31 de enero se exportaron aproximadamente 84.000 toneladas de aceite. Cabe recordar que el Gobierno de Túnez ha aplicado algunas medidas al inicio de la campaña, que facilitaron, entre otras cosas, las operaciones de ventas a países extranjeros.

En su opinión, la situación de los olivares actualmente es "muy positiva", gracias a las abundantes precipitaciones que, aunque dificultaron un poco la cosecha, favorecieron el desarrollo vegetativo de las plantas, "lo que supone un excelente preludio para el próximo año olivarero".

También destaca que el consumo interno parece estar recuperándose significativamente.

Marruecos

Respecto a Marruecos, Noureddine Ouazzani, experto internacional en olivicultura e impulsor de varios proyectos oleícolas, explica que la producción de la campaña oleícola 2024/25 ha experimentado un descenso “innegable” por tercer año consecutivo. Según señala, temperaturas excepcionalmente altas y días muy calurosos en invierno, primavera y verano, combinados con la escasez de lluvias, especialmente en verano, son las principales características climáticas de esta campaña. “Se registraron temperaturas excepcionalmente altas, especialmente durante los meses de julio y agosto. Estas condiciones provocaron un grave estrés hídrico en los olivares de las zonas áridas”, precisa.

Según Ouazzani, las estimaciones actuales de los operadores del sector oleícola marroquí sitúan la producción entre 60.000 y 80.000 toneladas, lo que supone un descenso de entre el 45 y el 60% respecto a la producción de un año normal, estimada entre 120.000 y 180.000 toneladas. La mayor parte de esta producción procede de olivares tradicionales de regadío y de olivares jóvenes de cultivo intensivo. Estos olivares de regadío (tradicionales e intensivos) representan aproximadamente el 30% de la superficie olivarera de Marruecos, estimada en 1.220.000 hectáreas. Por ello, precisa que las almazaras industriales han experimentado un notable incremento de sus costes, especialmente de aceituna, y un descenso en la producción de aceite de oliva.

Esta situación, según este experto, ha tenido importantes repercusiones en el mercado local del aceite de oliva, cuyo precio se sitúa entre 80-85 DH/litro. Ante esta situación y con el fin de abastecer el mercado local, Marruecos ha autorizado a los operadores del sector oleícola marroquí a importar 10.000 toneladas de aceite de oliva procedentes de España y Túnez. Este programa está actualmente en ejecución y ya está prevista otra cantidad de 10.000 toneladas para cubrir el déficit del sector. “Este programa de importación no ha permitido que baje el precio de la producción nacional, que todavía se sitúa en torno a los 80-85 DH/litro”, remarca.

Turquía

Por su parte, Murat Küçükçakır, ingeniero agrónomo y asesor de varios proyectos en Turquía y Azerbaiyán, asegura que este año ha sido diferente para Turquía. Según apunta, las regiones donde se cultivan olivos no han recibido suficientes precipitaciones durante el verano, por lo que el fruto ha sido más pequeño de lo esperado y, a continuación, se ha producido un rápido crecimiento debido a las lluvias que llegaron después de octubre. "Esto ha provocado que las aceitunas que deberían haber sido de mesa se hayan destinado a aceite y que el rendimiento obtenido de las aceitunas haya sido menor", asevera.

A pesar de todo, Turquía ha ocupado el segundo puesto a nivel mundial con una producción de aceite de oliva de más de 400.000 toneladas esta temporada. A su juicio, lo que más preocupa a los productores es que los precios, como en el resto del mundo, "se sitúan esta campaña a un nivel inferior al que deberían".

Portugal

En Portugal -ha informado Alberto Serralha, CEO de Sociedade Agrícola Ouro Vegetal, S.A. (SAOV), productor y consultor internacional de aceite de oliva-, subraya que la campaña se inició de manera temprana con una recolección generalizada antes del 15 octubre. Según explica, un año más, las lluvias persistentes en octubre ralentizaron la cosecha, bajaron los rendimientos grasos en las almazaras y crearon condiciones para el desarollo de podedumbre en la aceituna. "Se observa que, cada año, la cosecha portuguesa se comprime más en el tiempo y es de corta duración por la incapacidad de controlar el avance de las enfermedades del fruto. En enero ya casi no se cosecha y en diciembre se sigue la misma tendencia", considera.

Serralha señala que los problemas sanitarios de la aceituna han determinado que la produción de vírgenes y lampantes fuera cuantiosa a partir del inicio de noviembre, mientras que fueron escasos los vírgenes extra de baja acidez. "Curiosamente el nivel alto de humedad en el fruto no causó pérdidas cuantiosas en el proceso industrial como sucedió en la temporada anterior", resalta.

"Las estadísticas, y a falta de un monitoreo más riguroso, apuntan a una producción cercana a 170.000 toneladas, por debajo de las expectativas iniciales. El mercado ha sido menos dinámico que en los tres años anteriores, moviendo de forma más lenta los volúmenes de aceites disponibles para la venta", concluye.