No obstante, según este estudio, no sucede lo mismo en el ámbito de la competitividad, ya que España ocupa una posición muy por debajo de la media, debido principalmente a la naturaleza de la mayor parte de su olivar, de categoría tradicional.
Volviendo a la productividad, a nuestro país le siguen por orden Italia (322 kg./ha.), Portugal (262 kg./ha.), Grecia (252 kg./ha.) y Siria (220 kg./ha.).
Un dato que pone de manifiesto dicha productividad por parte de España es que ostentando la cuarta parte de la superficie de olivar mundial produce, para las series de datos analizadas, casi la mitad del aceite producido en el planeta. Sin embargo, de forma aislada, el país que mayor productividad manifiesta es Australia, con casi 650 kg. de aceite de oliva por hectárea en particular en la campaña 2015/16, si bien cuando se integran el resto de elementos que componen la serie, las nuevas plantaciones bajan la media en mayor medida para este país, frente al olivar tradicional para el caso español.
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Por su parte, la superficie mundial de olivar se concentra en más del 70% en tan solo cinco países: España (24%), Túnez (17%), Italia (11%), Grecia (10%) y Marruecos 9%.
Según ha asegurado Juan Vilar, director del estudio de investigación, “de acuerdo con los datos obtenidos y la evolución, y en no más de una década, atendiendo a la tendencia actual de evolución, la primera posición, tanto en productividad como en competitividad, recaerá sobre los olivares portugueses” .
Vilar, además de codirector del máster donde se ha realizado el estudio, es consultor estratégico, profesor de la Universidad de Jaén y experto internacional en economía oleícola.