Según ha informado la Interprofesional, esta ayuda, cofinanciada al 53% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y el 47% restante por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), tiene como objetivo diseñar un plan para transferir al sector del aceite de oliva los avances logrados en la búsqueda de tecnologías instrumentales y analíticas que permitan complementar, o incluso sustituir a futuro, el análisis del Panel Test a la hora de realizar la clasificación comercial de los aceites de oliva o su control.
Esta organización ha recordado que los aceites de oliva vírgenes son el único alimento en Europa que tiene que someterse a una cata organoléptica obligatoria para su comercialización.
La Interprofesional del Aceite de Oliva Español, en colaboración con el Mapama y la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, viene impulsando desde 2013 una línea de investigación sobre tecnologías instrumentales capaces de realizar ese análisis de una forma “fiable, rápida, reproducible y económica”, para clasificar las distintas categorías comerciales de los aceites de oliva vírgenes. Una tecnología que, a su juicio, podría complementar al Panel Test o incluso llegar a sustituirlo en un futuro.
Hasta el momento, según ha precisado la entidad, son dos las tecnologías que mejores resultados han logrado: cromatografía de gases acoplaba a espectrometría de masas y cromatografía de gases acoplada a espectrometría de movilidad iónica. “Se ha trabajado con distintos modelos matemáticos de tratamiento de datos para identificar las señales y poder clasificar las muestras de aceites vírgenes”, ha detallado.
La Interprofesional ha avanzado que en estos momentos, una vez afinados los modelos, toca diseñar un plan de validación y de transferencia de tecnología al tejido empresarial, objetivos perseguidos con la constitución del grupo operativo Sensolive-Oil.
Este proyecto cuenta con la colaboración del Mapama y la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, así como con la participación de Dcoop, el Campus de Excelencia Internacional Agroalimentaria (ceiA3), como Agente de Innovación, y las universidades de Granada, Córdoba, Complutense de Madrid y Jaume I de Castellón.