En su informe, el Ismea realiza un análisis del sector oleícola italiano en el que subraya la fuerte caída de la producción en 2016 debido a los fenómenos climáticos, pero también destaca otras cifras relativas a la necesidad de ampliar el número de empresas (825.201 en total) potencialmente competitivas a nivel nacional e internacional, ya que solo alrededor del 37% de las explotaciones italianas son capaces de sostener la competitividad del mercado. Asimismo, este estudio remarca que mientras aumenta el tamaño medio de las explotaciones, permanece la fragmentación de la producción, que se ilustra por el número de almazaras (4.500), mientras que en España oscilan entre 1.600 y 1.700. Para el Ismea, el gran número de almazaras aumenta, por un lado, el coste del sistema, y por otro, podría representar una garantía de calidad. En este sentido, la proximidad de la fábrica a la zona de producción garantiza la molturación en 24 horas, un requisito, en su opinión, esencial para la calidad. En cuanto a los aceites de calidad reconocidos en la Unión Europea, casi el 40% están representados por marcas italianas, ya que son 46 productos con denominación, de los cuales cuatro son IGP. Por último, el cultivo ecológico representa el 21% del área de cultivo de olivar italiano.