La superficie dedicada al cultivo del olivo en La Rioja ha aumentado un 138% desde el año 1990, cuando se contabilizaron un total de 2.373 hectáreas (1.884 de secano y 489 de regadío) frente a las 5.648 hectáreas registradas en 2016 (2.908 de secano y 2.740 de regadío), según datos del Gobierno riojano.