Un estudio realizada por investigadores del Keenan Research Centre for Biomedical Science, del Hospital St. Michael’s de Toronto (Canadá), ha demostrado que los alimentos con altas grasas insaturadas -como el aceite de oliva-, junto con patrones de sueño adecuados, crean la combinación perfecta para que una importante proteína (la ApoA-IV) desempeñe un papel positivo en la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular.