La publicación destaca que todas las civilizaciones antiguas del área mediterránea utilizaron el olivo y su aceite de oliva, que también se integró en las prácticas religiosas como un símbolo de paz, fertilidad, fortaleza y purificación. Hoy en día, los olivos se han extendido a muchos países del mundo y se han adaptado a los variados microclimas que caracterizan las diferentes áreas. Así, según subraya la obra, el cultivo del olivo se ha expandido en Asia, América y Oceanía debido los beneficios del aceite de oliva en la salud y a sus propiedades nutricionales.
El comienzo del libro está dedicado a las raíces históricas de la producción de aceite de oliva y posteriormente examina el origen botánico e histórico del olivo y las metodologías morfológicas y genéticas aplicadas para identificar los cultivares. Además, se menciona la importancia de preservar el germoplasma de olivo para evitar la pérdida de biodiversidad cultivada.
Otro de los capítulos incide en que el desarrollo en el mundo de los olivares requiere no solo la elección del germoplasma adecuado para los diferentes ambientes, sino también la producción de plantas de olivo en los viveros.
Finalmente, el último capítulo de la publicación –dirigida a las industrias de viveros, agrobiotecnológicas, de cosmética relacionada con la creciente demanda de productos naturales o alimentaria- explora la producción de subproductos, así como las últimas estrategias y tecnologías para su valorización.