En concreto, según esta entidad, el programa de muestreo de 2018 ha sido el más grande realizado desde la fundación de la OOCC en 2014, al pasar de 104 a 187 muestras en el año actual.
Durante el programa de muestreo, los inspectores del Departamento de Alimentación y Agricultura de California (CDFA, por sus siglas en inglés) recogieron un número designado de muestras de aceite de oliva de cada comercializador, que se enviaron a un laboratorio acreditado para el análisis químico.
Bajo este programa de la OOCC, los comercializadores también prueban sus propias muestras de aceite de oliva, proporcionando todos los resultados a esta entidad. Posteriormente, todas las pruebas son analizadas por el UC Davis Olive Center.
En concreto, en 2018 el 92% de las muestras se etiquetaron de manera precisa al comparar las pruebas independientes de la OOCC con el etiquetado del productor, frente al 85% registrado en 2014, primer año de este programa.
Esta entidad ha destacado que su programa sigue siendo valioso para garantizar a los consumidores que se puede confiar en la calidad del aceite de oliva de California.
Asimismo, el análisis de 2018 también constató que el 93% de todo el aceite producido en el Estado de California es aceite de oliva virgen extra, lo que supone un descenso respecto al año anterior cuando el 99% de la cosecha se determinó como virgen extra.
Cosecha 2018
Este año, según los datos de la Comisión, la producción fue menor respecto al ejercicio anterior hasta situarse en 2 millones de galones (7,57 millones de litros).
Este descenso se ha debido al fenómeno de la vecería, unido a los daños causados por ciclos de calor, que se alternaron con bajas temperaturas en la primera parte del año.