Para ello, y basándose en la experiencia de CTA en Bioeconomía, Atresbio analizará las capacidades regionales de investigación y de servicios de innovación, con el objetivo de identificar áreas de mejora. Además, realizará un plan de acción para el despliegue de la Bioeconomía andaluza y planteará un sistema de vigilancia tecnológica a medio plazo.
De esta forma, se busca maximizar la competitividad del tejido industrial andaluz, el crecimiento económico y la generación de empleos asociados a sectores de alto valor añadido para la región, como la agricultura, la energía y la agroindustria, según ha informado CTA.
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El proyecto -que ha recibido financiación de la Consejería de Economía, Conocimiento, Investigación y Universidad de la Junta de Andalucía con fondos provenientes del de la Unión Europea (UE)- cuenta con la colaboración de dos grupos de investigación subcontratados de la Universidad de Jaén y la Universidad de Granada, expertos en la biomasa del olivar y en la valorización de subproductos de agricultura, respectivamente.
La bioeconomía es un modelo económico basado en la producción y uso de recursos biológicos renovables para su transformación sostenible y eficiente en bioproductos, bioenergía y servicios para la sociedad. Se trata de una nueva forma de producir y consumir que puede dar respuesta a los retos medioambientales y sociales, y al mismo tiempo, generar nuevas oportunidades para la creación de empleo, según ha explicado CTA.
A su juicio, Andalucía posee un potencial único para desarrollar la bioeconomía, debido a la importancia del sector agrícola y agroalimentario. Y es que la región cuenta con millones de toneladas de residuos o subproductos derivados de los sectores del olivar, la horticultura y la biomasa algal, que pueden aprovecharse para generar bioproductos y bioenergía.