La PAC post 2020 y la oleicultura jiennense

Con un título semejante al de este artículo, celebramos, el pasado día 5 de marzo, una jornada para analizar y debatir sobre la PAC post 2020, que probablemente no sea de aplicación hasta el año 2023, organizada, conjuntamente, por la Cátedra Caja Rural de Jaén José Luis García-Lomas Hernández de Economía, Comercialización y Cooperativismo Oleícola y por el Consejo Económico y Social de la provincia de Jaén.

Lo primero que tenemos que señalar es que la gobernanza de la PAC post 2020 supone una revolución en el modelo de gestión de la PAC, al ser cada Estado Miembro quien ha de plantear un Plan Estratégico que, respetando la singularidad agrícola del país, permita alcanzar los nueve objetivos específicos establecidos en la PAC. Ahora, se está diseñando el Plan Estratégico y era el momento oportuno para conocer detalles sobre el mismo, así como plantear, desde la provincia de Jaén, qué PAC necesita y conviene a la oleicultura jiennense.

Entre los ponentes invitados, todos de reconocido prestigio, tuvimos la suerte de contar con Ignacio Atance Muñiz, que está coordinando la elaboración del Plan Estratégico de la PAC en España, un Plan Estratégico que se conformará en torno a un “Plan Nacional” y a 17 “planes de las Comunidades Autónomas”. Una vez que se elabore el borrador y se diseñen las estrategias, se abrirá un debate nacional y, posteriormente, se discutirá con Bruselas. Aún quedan muchas dudas: presupuesto; cuántas regiones PAC habrá; capping sí -limitación de ayudas por perceptor- o no, y a partir de qué cuantía; quién tiene que recibir las ayudas; qué es un agricultor genuino; etc.

En el año 2018, Jaén recibió por pagos directos, 326,4 millones de euros, lo que representa un 3% del PIB provincial, diez veces más que lo que representan los pagos del primer pilar de la PAC, en el conjunto del país. Además, los estudios realizados sobre la rentabilidad del olivar jiennense ponen de manifiesto su alta dependencia de las ayudas PAC, de tal forma que más del 90% de las explotaciones olivareras de la provincia de Jaén no son rentables sin las ayudas PAC.

Estos datos ponen de manifiesto que no sobra un euro de la PAC en la provincia de Jaén. Ahora bien, creo que, ante el nuevo escenario de la PAC conviene, más que nunca, que nos apliquemos el refrán: A Dios rogando y con el mazo dando. Efectivamente, debemos reivindicar que necesitamos los euros provenientes de la PAC por la tipología de olivar que tenemos en la provincia y por su papel de anclaje de población en los territorios rurales, pero, a la vez, hemos de comprometernos a adoptar determinadas estratégicas que modernicen nuestra oleicultura, que la haga más competitiva y que cumpla mejor su función de generadora de bienes públicos. En definitiva, hemos de dar razones a España y a Europa para que sigan apostando por el olivar.

Si lo hacemos bien, el escenario de la nueva PAC ha de ser una oportunidad más que una amenaza, porque puede permitirnos encajar nuestras necesidades; es posible diseñar instrumentos y políticas adaptadas a nuestro olivar que permita que el olivar no solo sea una fuente de renta y empleo, sino que contribuya a la cohesión social, a evitar el despoblamiento, a dinamizar las zonas rurales, a mitigar el cambio climático y a proveer de biodiversidad a nuestro entorno.

En definitiva, con independencia del presupuesto destinado a la PAC y la parte de tarta que venga a Jaén, los instrumentos que se diseñen en la PAC han de ser útiles para responder a los siguientes retos:

a) Cómo fomentar el crecimiento y el empleo en las zonas rurales, tratando de evitar el despoblamiento.

b) Cómo lograr el relevo generacional en el campo.

c) Cómo evitar la volatilidad de los precios, reforzando los mecanismos de estabilización de precios.

d) Cómo mejorar el reparto de valor entre los agentes de la cadena de valor.

e) Cómo lograr una agricultura más sostenible, que contribuya a los desafíos del cambio climático y del modelo energético. Los agricultores como artífices de sumideros de carbono y recursos renovables.

f) Cómo incorporar la digitalización en el campo y en la cadena de valor. Agricultura inteligente.

g) Cómo profesionalizar la gestión en la agroindustria.

h) Cómo conseguir la diversificación en el medio rural.

Y, en todos los debates sobre el diseño de la PAC, se pone en evidencia que un elemento fundamental es la dimensión. Como es conocido, las explotaciones olivareras jiennenses son de pequeño tamaño y, además, hay una excesiva parcelación. A mi entender, esta es la mayor debilidad de nuestro olivar y, en consecuencia, hay que trabajar desde ya, para corregirla.

Por Manuel Parras Rosa, director de la Cátedra Caja Rural de Jaén José Luis García-Lomas Hernández de Economía, Comercialización y Cooperativismo Oleícola y presidente del Consejo Económico y Social de la provincia de Jaén