Separados, pero no solos

Desde esta ventana que llevo compartiendo ya 12 años con vosotros (¡como pasa el tiempo!), he citado a José Andrés en muchas ocasiones. No sólo como ejemplo de compromiso -a través de su proyecto humanitario World Central Kitchen alimenta desde hace años a la gente con dificultades económicas- sino como modelo a seguir como ser humano. Porque en tiempos de crisis, donde a veces aflora lo peor, casi siempre sale lo mejor de nosotros.

Tuve el placer de conocer a este chef asturiano por teléfono hace cuatro años. Elaborábamos el segundo número de Olivatessen y él sería el protagonista de la sección El Chef. Por aquel entonces, el presidente Barack Obama acababa de otorgarle el mayor reconocimiento del país: la Medalla Nacional de las Humanidades de Estados Unidos. Cualquier otra persona estaría de celebración, de subidón o de cualquier otra emoción acabada en ón, pero José Andrés no se parece a casi nadie que yo haya conocido antes. No sólo me atendió con la mayor humildad posible -según él, se siente como si acabara de empezar- durante las más de dos horas que duró nuestra entrevista, sino que no colgó el teléfono... ¡ni para pasarlo por el control de equipaje del aeropuerto de Washington!

Porque, tal y como yo lo veo, Olivatessen es mucho más que una publicación, es un viaje con el que llevamos ya seis años recorriendo el mundo. Bajo su dirección, no sólo he visitado los paisajes más bellos de todos los continentes sin moverme de sus páginas (¡qué necesario en tiempos de confinamiento como el de ahora!), sino que me he cruzado con personas como José Andrés que, a día de hoy, me siguen impresionando.

Rafa Nadal y Pau Gasol también son VIPs de esta extensa lista de entrevistados. El tenista y el baloncestista han iniciado estos días la campaña CruzRoja responde para unir a todos los deportistas españoles con el objetivo de recaudar 11 millones de euros y ayudar a 1.350.000 personas en la lucha contra el coronavirus.

“Sinceramente, llevo unos días en casa pensando de qué manera puedo ayudar, aportar mi granito de arena en esta situación que es totalmente nueva para todos”, ha expresado Nadal en una frase que resume bien su forma de ser. Inquieto y generoso por naturaleza, el protagonista de Locos por el AOVE en Olivatessen 2018 me llegó a decir cuando le entrevisté que él se sentía “lo que es, una persona normal”. Y yo me pregunto, ¿es eso lo que hacemos las personas normales? Pues quizás tenga razón en esa parte. Como os decía la semana pasada, probablemente necesitábamos un apocalipsis de este calibre para unirnos como humanidad. Están apareciendo iniciativas ciudadanas -muchas de ellas sin notoriedad debido al anonimato de sus organizadores- por todo el mundo que persiguen ayudar a los que más lo necesitan en este terrible momento de crisis sanitaria. Porque lo importante sigue siendo lo mismo de siempre: vale que estemos separados, pero nunca solos.

Separados, pero no solos

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