Según han destacado estas entidades, el etiquetado nutricional Nutri-Score es una herramienta fundamental para ayudar a los consumidores en la toma de decisiones de compra y alimentación más saludables. Más de la mitad de los adultos españoles tiene un peso superior al recomendable y está reconocido que la obesidad y el sobrepeso aumentan la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas, diabetes o cáncer. Por ello, creen que es es necesaria la adopción de políticas que ayuden a detener esta crisis de salud pública. A su juicio, el etiquetado nutricional ha sido identificado como un instrumento clave para apoyar a los consumidores a tomar decisiones de compra más saludables de forma sencilla y objetiva. Además, han precisado que las investigaciones han demostrado que Nutri-Score es actualmente el modelo de etiquetado que mejor funciona, ayudando a los consumidores a comparar la calidad nutricional de los alimentos y revirtiendo así en una mejor alimentación. Los firmantes de la carta han lamentado en su escrito que, según el documento de trabajo de la Comisión Europea "De la granja a la mesa", la propuesta sobre etiquetado nutricional no se llevará a cabo hasta 2023. Con un horizonte tan lejano, han explicado, no estaría garantizado que los diputados al Parlamento Europeo elegidos durante este mandato tengan la oportunidad de cerrar este expediente legislativo durante la presente legislatura. De ser así, han considerado que la implementación solo sería efectiva a partir de 2028/2030, "un plazo excesivo frente al problema de salud pública generado por la obesidad y el sobrepeso". Las empresas y organizaciones que suscriben la carta han solicitado al Ministro de Consumo que, como parte de la estrategia "De la granja a la mesa", la Comisión Europea haga una propuesta legislativa sobre el etiquetado nutricional e imponga como obligatorio el Nutri- Score en toda la UE lo más rápido posible. En su opinión, la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de impulsar políticas que permitan atacar la obesidad y los problemas relacionados con una mala alimentación de forma efectiva, ya que resultan factores de riesgo agravantes también frente a otras enfermedades. La actual legislación alimentaria europea solo permite la adopción de etiquetados complementarios de forma voluntaria, limitando su potencial como herramienta para ayudar a los consumidores a comparar la calidad nutricional de los alimentos. Estas organizaciones han recordado que Francia aprobó oficialmente el sistema en 2017 y otros países como Bélgica, Alemania, los Países Bajos, Luxemburgo y Suiza también han reconocido la efectividad del Nutri-Score.