“Las características particulares de esta crisis afectan a los ciudadanos y consumidores de una manera única, por lo que cabe esperar que, durante los próximos meses, la evolución del comportamiento de los consumidores cambie también de manera distinta a otras crisis vividas anteriormente”, ha afirmado Fernando Pasamón, responsable global de Consultoría para el sector Retail de Deloitte y socio líder de la industria de Consumo de Deloitte España. Para su puesta en marcha, Deloitte está realizando encuestas simultáneas en 13 países, todos ellos afectados en mayor o menor medida por esta crisis sanitaria. Estos países son: España, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Estados Unidos, Canadá, China, Japón, Corea del Sur, India y Australia. En cada uno de ellos, la firma ha tomado una muestra de, aproximadamente, 1.000 encuestados por país, con un perfil demográfico representativo de la población. El estudio se actualizará cada dos semanas durante los próximos seis meses y, además, todos los resultados son volcados en un dashboard o panel interactivo que Deloitte ha puesto a disposición de la sociedad para poder hacer seguimiento y consultar la evolución de los hábitos y tendencias de los consumidores. Entre los principales indicadores analizados se encuentran los niveles de preocupación general de los ciudadanos tanto por su salud como por la economía, el uso que se está haciendo de los servicios y plataformas digitales, la propensión al gasto y otros hábitos de consumo, así como tendencias sobre movilidad, transporte y turismo. Hasta la fecha, se han realizado y compartido dos oleadas de encuestas (correspondientes a las semanas del 15 y 30 de abril), y ya se aprecian algunos cambios. “Nuestra hipótesis es que, a medida que vencemos a la pandemia y nos vamos alejando de las medidas de cuarentena, los consumidores irán recuperando la confianza y seguridad, volviendo a los parámetros previos a la crisis generada por el COVID-19, como está ocurriendo en China”, ha apuntado Pasamón. España, el país más preocupado de la UE Así, la crisis derivada del COVID-19 ha generado entre los ciudadanos una preocupación doble por la salud y la economía. España es el país más preocupado por la salud personal y la de su familia de entre todos los países analizados, solo superado por China e India, si bien “se observa una tendencia positiva al ir disminuyendo la inquietud en este ámbito conforme se avanza hacia la recuperación y se va derrotando a la pandemia”, ha asegurado Pasamón. En el caso de los ciudadanos españoles, el 54% de los encuestados afirma estar preocupado por perder su empleo. En este sentido, a medida que España se va acercando al final del confinamiento, aumenta la preocupación de los ciudadanos por la situación económica. Como refleja la investigación, entre las principales preocupaciones de los consumidores destaca en primer lugar la intención de retrasar el pago de las compras: un 48% de los españoles manifiesta que lo retrasaría. En segundo lugar, los españoles (42%) se encuentran entre los consumidores más preocupados por la seguridad de sus datos, la cual ha aumentado con respecto a la encuesta anterior. Por otro lado, aún permanece la inseguridad al acudir a tiendas físicas para hacer la compra -solo el 32% de los encuestados afirma sentirse seguro- y la tendencia coyuntural a hacer acopio -29% de los consumidores españoles- si bien ambas tendencias están evolucionando de manera positiva. En el plano del gasto, la encuesta muestra que, durante el confinamiento, los consumidores españoles estaban dispuestos a recortar en las partidas discrecionales, como los viajes, la moda o la restauración, en contraposición a las categorías de consumo básico (alimentación, productos para el hogar) en las que se incrementaría. Sin embargo, a medida que se gestiona la pandemia, estos comportamientos tienden a equilibrarse: en mercados como el alemán o el chino ya comienza a evidenciarse. Respecto al método de compra, si bien ha aumentado el volumen de compras realizadas a través del canal on line, sobre todo en algunas categorías como libros o productos electrónicos, España sigue estando a la cola en este método de compra respecto a otros países.