En concreto, este estudio detalla que, teniendo en cuenta que el sector podría procesar durante la próxima campaña del orden de 9 millones de toneladas de alpeorujo, más un enlace aproximado de 1 millón de toneladas, el resultado económico de tal actividad podría generar unas pérdidas que se acercarían a los 50 millones de euros, sin contar lo que ocasionaría la potencial ruptura de flujo para el resto del sector, y que se cuantificaría, por día en algo más de 11 millones de euros.
“El colapso financiero, y la potencial ruptura de flujo, ponen al sector de orujero en una más que delicada situación, tanto económica, como operativa, inyectando una elevada dosis de incertidumbre al sector ante la inminencia de la campaña”, asegura ANEO.
El informe precisa que, en la actualidad, las 54 plantas de procesado de alpeorujo desempeñan su actividad teniendo como ingresos tres aspectos fundamentales, la venta del aceite, la del hueso, y la del orujillo, siendo las actuales cotizaciones en origen de los tres productos “las más bajas de la historia del sector”.
Sin embargo, el nivel de costes que ostentan las mismas, eludiendo cualquier pago por la retirada y el transporte del alpeorujo, incluyendo costes de producción, así como gastos generales, “supera con creces a los ingresos obtenidos”.
Según el estudio, estas circunstancias dejan al sector de procesado de alpeorujo “ante una situación especialmente delicada, ya que por cada tonelada de procesado de alpeorujo perdería del orden de casi 5 euros, o dicho de otro modo, la labor de recepción y procesado de alpeorujo resultaría deficitaria, sin posibilidad alguna de poder incidir en el precio de los aceites producidos, quedando en pérdidas y a merced del comportamiento del mercado”.
Asimismo, señala que “es muy probable que se produzca una ruptura de flujo debido al elevado volumen de la campaña, que generaría el efecto contrario al dado en economías de escala”.