Las visitas formativas consisten en viajes y estancias en explotaciones agrarias, situadas en una Comunidad Autónoma distinta a la de origen del solicitante, y cuyo catálogo se ha elaborado gracias al trabajo de ambas organizaciones. Una vez concluidas todas las visitas formativas, UPA ha asegurado que el beneficio obtenido por los jóvenes es “enorme”, ya que han mejorado sus conocimientos, han conocido prácticas innovadoras y sostenibles y han abierto su mente. “Todo ello les permitirá mejorar como agricultores y ganaderos”, ha destacado la organización. En este primer año de programa, 51 explotaciones han abierto sus puertas a los jóvenes que quieren formar parte de la iniciativa. Las visitas han durado entre 5 y 14 días, y los jóvenes han recibido siete horas de formación diaria. Los requisitos para acceder al programa son tener menos de 41 años y haberse incorporado a la agricultura o ganadería después del 1 de enero de 2015. UPA ha pedido a la Administración una "apuesta firme" por esta iniciativa para 2021. De hecho, el presupuesto previsto para financiarla este año alcanzará el millón de euros, frente a los 33.000 euros que se han destinado en 2020. “La mejor inversión es ayudar a los jóvenes a formarse. Se nos ocurren pocas formas mejores de invertir fondos públicos”, han declarado desde la organización. Asimimso, ha instado al MAPA a desarrollar un sistema de visitas que sea ágil y sencillo de gestionar, que asegure el mayor nivel de formación a los jóvenes, así como un elevado compromiso de las explotaciones de acogida y de las entidades colaboradoras.