Irán es el decimoctavo país más grande del mundo, el primero de Oriente Medio en población y uno de los mayores en superficie tras Arabia Saudita y Egipto. Según Extenda, se trata de un país con una importancia significativa en la geopolítica al encontrarse entre Oriente Próximo y Asia Central, que se encuentra en un momento de cambio y que desea abrirse a occidente tras años de aislamiento.
En la última década, en Irán se ha puesto en marcha una renovación del sector de la agricultura que pretende modernizar esta industria, que estaba más basada en otros cultivos tradicionales del país como el azafrán (80% de la producción mundial es de Irán-100.000 hectáreas), los frutos secos (310.000 toneladas de pistachos) o dátiles (segundo país del mundo después de Egipto con 15% de la producción mundial), pasando a cultivos más modernos y con alta demanda en la zona como la manzana, tomate, pepino, albaricoque, frutas tropicales, berries, etc.
El principal reto del sector agrícola en Irán es la escasez de agua, así como el esquema de sanciones vigentes, que, aunque superable, ha hecho que muchas empresas locales no puedan conseguir importar equipos de calidad y de alta/media tecnología a Irán por falta de conocimiento y socios europeos dispuestos a superar esta barrera.