ICEX ha explicado que China ha sufrido varias crisis relacionadas con la falta de seguridad e higiene alimentaria a lo largo de las últimas décadas, lo que ha resultado en la promulgación de una Ley de Seguridad Alimentaria (Food Safety Law) en el año 2015 de la que derivan estos nuevos desarrollos legislativos. Además, se trata de un importador neto de productos agroalimentarios, alcanzando en el año 2020 la cifra de 170.000 millones de dólares en valor. La Ley de Seguridad Alimentaria de China establece amplios requisitos legales que rigen la producción y la comercialización, incluyendo la importación y la exportación de productos alimentarios. En base a dicha ley, el pasado 1 de enero entró en vigor el Decreto 248 sobre la aprobación y registro de los productores extranjeros de alimentos para exportar a China. En definitiva, todos los productores extranjeros de productos alimentarios, incluyendo almacenes de frío y plantas de procesado, deben estar registrados ante el GACC (General Administration of Customs of China) para poder exportar a China. Este organismo ha explicado que existen dos tipos de registro en función del nivel de riesgo de los productos que se exporten: los considerados de alto riesgo requieren recomendación de la autoridad competente del país exportador, mientras que para los de bajo riesgo las empresas productoras pueden auto registrarse. Según ha subrayado, el proceso de cumplimiento con esta nueva normativa no ha estado exento de dificultades en los meses previos y posteriores a su entrada en vigor, dada la necesidad de creación por parte de las autoridades chinas de una plataforma específica, que ha sufrido constantes cambios de adaptación.