Un estudio sobre las narrativas en torno a las Indicaciones Geográficas Protegidas y las Denominaciones de Origen Protegidas establece cuatro elementos claves que las relatan como bienes comunes: su constitución histórica; los esfuerzos colectivos por mantener su valor; la corresponsabilidad de la comunidad de productores y los actores involucrados; y los valores intangibles asociados.