Los enemigos naturales, depredadores y parasitoides son agentes de control que luchan de forma natural contra las plagas y dependen de la vegetación que existe en los ecosistemas. La familia Chrysopidae, conocida como crisópidos o crisopas, es un depredador clave por su importante papel sobre la polilla del olivo. Un estudio desarrollado por el investigador Rafael Alcalá Herrera, del Grupo de Entomología Agrícola de la Unidad de Excelencia María de Maeztu-Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO), ha comprobado que la vegetación arbórea que existe alrededor de los olivares -compuesta fundamentalmente por pinos, almendros y encinas- potencia la presencia de los crisópidos en el olivar.