Según se relata en el video de los creadores de este jingle, para el gerente de Conde de Benalúa, Eduardo Valverde, “no hay empresa o producto que se precie que no tenga su propio tema musical” y de ahí nació la idea de que la firma contara con su propia pieza musical, que debía integrar en la palabra Benalúa todas las marcas y sociedades que forman parte de “esta pequeña multinacional de pueblo, como a él le gusta llamarla”.
Conde de Benalúa es una empresa moderna y digitalizada que apuesta por la tecnología manteniéndose ecológica, respetuosa y cercana, y preocupada por el bienestar y la rentabilidad de sus agricultores. Además de elaborar y vender aceite bajo diferentes marcas (Amarga y Pica, Conde de Benalúa y Olivar del Sur), desarrolla diversos productos, servicios y actividades.
Los creadores del jingle explican que “cuando empezamos a trabajar sobre la composición musical nos dimos cuenta de que Benalúa necesitaba diferenciarse estéticamente y romper con los estereotipos del sector y de la cultura andaluza. Eduardo insistió en que fuera un llamamiento claro a la acción, ¡Ven a Benalúa!, e incluso nos cantó su propia versión, que fue clave para componer el jingle”.
“Empezamos con una guitarra española, pero tocando funky como un homenaje a Bruno Mars. Añadimos un bajo eletrónico para que Rosalía nos tuviera envidia. Percusión contundente, entre funky y hip hop, y nos lanzamos a cantar Ven, Ven, Ven a Benalúa y nos dimos cuenta de que se trataba de invitar a compartir, a venir a formar parte de Benalúa, lo que se convirtió en una potente llamada a la acción, sugerente entre la bienvenida y la seducción”, destacan.

