Los datos del Ejecutivo comunitario apuntan que, a mediados de julio, los precios del aceite de oliva virgen extra al productor oscilaron entre 600 euros/100 kg. en Grecia y 720 euros/100 kg. en Italia. Comparado con el promedio de cinco años, el aumento de precios es más elevado en España (+133%/+365 euros hasta alrededor de 640 euros/100 kg.). A su juicio, esta evolución de los precios tiene un impacto negativo en el consumo de la UE, especialmente en los principales países productores. Así, Bruselas cree que es probable que el consumo sea incluso más bajo de lo esperado en las perspectivas de primavera de 2023 (-16% interanual).
A pesar de las expectativas impulsadas por una buena cosecha en Turquía y al atractivo del mercado debido a los altos precios, las importaciones de la UE no se están expandiendo a un ritmo mucho más rápido en comparación con la última campaña de comercialización. Por lo tanto, prevé que se sitúen en alrededor de 170.000 t. (-30.000 t. menos respecto a lo estimado anteriormente).
Por otro lado, las exportaciones de la UE podrían ser ligeramente superiores a las previstas anteriormente (+20.000 t.), ya que algunos operadores podrían reemplazar cierta parte del consumo de la UE con exportaciones a un precio más alto. Esta situación, según la CE, debería conducir a unas existencias finales relativamente bajas.
“Con la incertidumbre de la cosecha futura en este momento, aún no es posible pronosticar la evolución futura de precios o de demanda”, concluye.