La incidencia que presenta actualmente es moderada a nivel general en el olivar andaluz, destacando las provincias de Jaén, Córdoba y Granada, con un valor medio provincial de 7, 4,3 y 4,2% de picada total, respectivamente.
Asimismo, la RAIF ha indicado que, entre la fauna auxiliar, existe una serie de insectos parasitoides como Pnigalio mediterraneus, Psyttalia concolor, Eurytoma Martellii, Cyrtoptyx latipes y Eupelmus urozonus, que pueden ejercer un cierto control sobre el crecimiento poblacional de este agente.
A su juicio, la ejecución de controles fitosanitarios durante el mes de noviembre para este agente es muy comprometida, debido a la cercanía del inicio de la recolección, lo que obliga a ser muy selectivos con las materias activas autorizadas a utilizar para este cultivo y plaga concreta, respetando los plazos de seguridad de estos productos.
En cuanto a la presencia de adultos de abichado (Euzophera pinguis) en el cultivo es prácticamente inexistente, encontrándose prácticamente finalizado el vuelo de adultos de la generación de otoño.
Referente a la presencia de enfermedades, recientemente se han realizado observaciones para valorar la actividad de parlatoria (Parlatoria oleae) y escudete (Camarosporium dalmaticum), detectándose su presencia en áreas de cultivo muy localizadas y dispersas, con unos valores muy bajos de ambos agentes.
En lo que respecta a la actividad de repilo (Fusicladium oleagineum), las condiciones meteorológicas que vienen registrándose, caracterizadas por temperaturas suaves y elevada humedad ambiental, favorecen el desarrollo y posterior dispersión por efectos de la lluvia y el viento, por lo que insiste en el seguimiento de este agente y observar su evolución principalmente en aquellas áreas de cultivo como vaguadas, arroyos y zonas de umbría, tomando las medidas de control más convenientes en cada caso.