España
El director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco, asegura que realizar una previsión de la cosecha en España esta campaña es "más difícil que nunca porque nos encontramos ante una producción muy incierta debido a varias razones”.
Según asegura, existe una gran heterogeneidad en el fruto entre unas zonas y otras, incluso dentro de la misma comarca o provincia, a lo que se suma la escasez de precipitaciones en gran parte de Andalucía durante el final del verano y el inicio del otoño, “lo que arroja aún más incertidumbre a esta previsión. Prácticamente no ha llovido en el centro de gravedad de la producción nacional desde el pasado mes de mayo y, además, en estas dos primeras semanas de octubre no se prevén borrascas importantes”.
Asimismo, añade que durante la pasada primavera tanto las lluvias como las temperaturas fueron favorables. Así, tras dos años de sequía y baja producción, las precipitaciones se situaron en torno a la media histórica e incluso fueron superiores. Además, precisa que durante la floración y cuajado, las temperaturas fueron realmente favorables. “En junio todo parecía a favor y preveíamos una buena cosecha, dado el evidente cuaje en el árbol y con la vecería jugando a nuestro favor. Una cosecha prevista entonces que, sin ser récord o muy superior a la media, podría situarse en torno a 1,5 millones de toneladas”, señala Penco.
Sin embargo, afirma que los olivares de secano han visto y sufrido como se sucedían cuatro meses, desde junio a septiembre incluido, sin aporte alguno de humedad al suelo, "lo que hace que se frene el desarrollo normal del fruto y que la lipogénesis o formación de aceite, se este viendo ya comprometida". Además, explica que la aceituna se encuentra arrugada y pequeña, especialmente en algunas variedades principales en nuestro país como son picual o arbequina, cultivares más sensibles a la falta de agua en los secanos.
“Por la gran incertidumbre que existe, es aventurado ofrecer una cifra. No obstante, en cualquier caso, si tuviéramos que dar una horquilla de producción en España lo haríamos augurando, con todas las reservas, entre 1,2 y 1,4 millones de toneladas. Y todo ello en función todavía de que lleguen las esperadas lluvias entre octubre y la primera quincena de noviembre, ya que después podemos afirmar que la fase de formación de aceite, prácticamente, se habrá finiquitado”, detalla.
“Esperemos al inminente aforo de la Junta de Andalucía que se anunciará en breve y que realmente es el único basado en datos reales de campo y siguiendo una rigurosa metodología”, concluye.
Italia
El director de la Associazione Nazionale Città dell'Olio, Antonio Balenzano, apunta que la sequía y el calor en las principales regiones productoras -Puglia y Sicilia- están provocando el colapso de la producción de aceite de oliva italiano. Según las estimaciones de ISMEA-Unaprol, se espera una producción de alrededor de 224.000 toneladas.
De hecho, señala que Puglia ha visto su cosecha reducida a la mitad en comparación con el año pasado, debido a la escasez de lluvias durante el verano y a las altas temperaturas. Calabria y Sicilia registran una situación similar, si bien se espera que en el norte y el centro de Italia aumente la producción un 70% en comparación con el ejercicio anterior. En cualquier caso, afirma que la calidad será muy alta en todo el país.
A su vez, asegura que el precio en la gran distribución se mantiene en los niveles del año pasado, siendo sustancialmente el doble en comparación con hace dos ejercicios. “La estrategia tendrá que girar en torno a la concienciación del consumidor para que elija un producto de calidad que provenga de las miles de fincas olivareras del territorio nacional, a través del descubrimiento de experiencias de oleoturismo en los territorios de las 500 ciudades oleícolas italianas”, considera.
Por su parte, Marco Scanu, oleólogo y asesor internacional en olivicultura y elaiotecnia, destaca que la campaña oleícola en Italia muestra una clara señal de consolidación con una producción mínima de 240.000 toneladas de aceite de oliva virgen y, sobre todo, virgen extra.
Al igual que en 2022, apunta que se repite una tendencia de alternancia climática entre las regiones productoras del sur del país y el resto de las áreas más frías, mientras que el centro de Italia sorprende en cantidad y calidad.
“Lamentablemente, las altas temperaturas y la falta de irrigación en los olivares tradicionales han jugado un papel determinante en la baja producción de todas las regiones del sur, excepto la región de Campania, que registra una buena situación”, precisa.
Grecia
En el caso de Grecia, el bróker especializado en el mercado griego Luigino Mazzei señala que se estima un total de aproximadamente 250.000 toneladas, lo que supone un "marcado aumento", de las cuales 100.000 t. corresponden al Peloponeso; 70.000 t. a Creta; 30.000 t. a Zakynthos, Corfú, Mitilini y Rodas (Islas); 30.000 t. a Grecia continental; y 20.000 t. a Grecia septentrional.
Según Mazzei, la producción puede variar 10.000-20.000 t. dependiendo del rendimiento de la aceituna. "Hasta el momento el clima ha sido seco, con temperaturas máximas entre 30 y 33°C, con muy pocas lluvias. No se han producido ataques de mosca del olivo ni enfermedades fúngicas", añade.
"Debido al importante aumento de los precios de mercado, los productores, atraídos por los buenos precios, se inclinarán por adelantar la cosecha. Especialmente en el Peloponeso y en el norte de Grecia es posible que ya haya ofertas de aceite nuevo entre mediados y finales de octubre", asegura.
Asimismo, Konstantinos Tsoronis, químico y oleólogo, subraya que las condiciones climáticas hasta el momento han propiciado una maduración de las aceitunas muy temprana. Además, a su juicio, "estas condiciones especiales registradas hasta el momento, con temperaturas muy altas durante largos períodos de tiempo y días fríos esporádicos, han ayudado a los productores a tener aceitunas libres de infecciones, como la mosca del olivo y la antracnosis". 
Según Tsoronis, los olivares de regadío no se enfrentan a ningún problema en particular, por lo que se espera que obtengan muy buenos rendimientos.
"Las previsiones optimistas apuntan a una producción de 250.000 toneladas, tal vez un poco más si se registran buenas lluvias desde ahora hasta la cosecha. Por otro lado, si volvemos a afrontar altas temperaturas, la producción puede reducirse un 10% respecto a la previsión inicial, lo que está relacionado con el olivar de secano", afirma.
Túnez
El agente comercial y bróker italiano Adriano Caramia afirma que la próxima cosecha en Túnez será “muy buena” y aunque no se acerca al récord de producción alcanzado en la campaña 2019/20, que fue de alrededor de 440.000 toneladas según datos del Consejo Oleícola Internacional (COI), la producción prevista se situará entre 280.000 y 320.000 toneladas.
A su juicio, la buena situación de principios de verano ha mejorado notablemente gracias a las beneficiosas precipitaciones recibidas al final de la temporada estival en todo el territorio tunecino, especialmente en la zona de Sfax y Gabes, donde se ha producido un grave estrés hídrico debido a la falta de lluvia en los últimos meses. En su opinión, el aspecto de los árboles ha mejorado considerablemente.
Según Caramia, la campaña comenzará sin prácticamente stocks, debido al excelente comportamiento exportador durante los 10 primeros meses de campaña (más de 181.000 toneladas comercializadas en el exterior).
A su vez, afirma que el estado vegetativo de las plantas es "muy bueno" y no se ha constatado de momento presencia de patógenos, salvo a nivel estrictamente local.
Este experto precisa que la parte central del país será fundamental en el volumen de producción: Mahdia y Sahel obtendrá entre 90.000 y 100.000 toneladas; Kairouane Sidi Bouzi prevé 100.000 toneladas; la región de Sfax estima aproximadamente 15.000-20.000 toneladas; las regiones del norte esperan 35.000-45.000 toneladas; las regiones del sur (Gabes, Mednine, Zarzis) registrarán 30.000 t.; y las regiones occidentales (Gafs, Kasserine) producirán cerca de 20.000 toneladas.
“La tendencia meteorológica de las próximas semanas será importante para mantener las buenas previsiones o incluso mejorarlas, a medida que aumenten los rendimientos. Incluso desde el punto de vista cualitativo, las expectativas son optimistas, esperando una proporción importante de aceites de oliva vírgenes extra”, detalla.
Marruecos
En cuanto a Marruecos, Noureddine Ouazzani, experto internacional en olivicultura, explica que la producción para la campaña oleícola 2024/25 experimentará un descenso “innegable” por tercer año consecutivo. Temperaturas excepcionalmente altas y días muy calurosos en invierno, primavera y verano, combinados con la falta de lluvias, especialmente en verano, han sido las principales características climáticas.
“Se registraron temperaturas excepcionalmente altas, especialmente durante los meses de julio y agosto. Estas condiciones provocaron un fuerte estrés hídrico en el fruto de los olivares de zonas áridas, que acabó disminuyendo”, apunta.
Según Ouazzani, las estimaciones actuales de los operadores del sector olivarero marroquí sitúan la producción entre 60.000 y 80.000 toneladas, lo que supone un descenso de entre el 45 y el 60% respecto a la producción de un año normal, estimada entre 120.000 y 180.000 toneladas. Sin embargo, afirma que si persiste la falta de agua, con su repercusión en el calibre de los frutos y en la extractabilidad del aceite de oliva, las previsiones sitúan la producción entre 40.000 y 60.000 toneladas, por lo que se espera una campaña olivarera corta. La mayor parte de esta producción procederá de olivar tradicional de regadío y de olivar intensivo. Estos olivares de regadío (tradicionales e intensivos) representan aproximadamente el 30% de la superficie olivarera de Marruecos, estimada en 1.220.000 hectáreas.
En consecuencia, precisa que las almazaras industriales experimentarán un notable incremento de sus costes y una disminución de la producción de aceite de oliva. Esta situación, según este experto, tendrá importantes repercusiones en el mercado local del aceite de oliva, cuyo precio oscilará entre 85 DH/litro y 120 DH/litro.
Turquía
Por su parte, Murat Küçükçakır, ingeniero agrónomo y asesor de varios proyectos en Turquía y Azerbaiyán, recuerda que este país batió un récord histórico de producción en 2022 y que para la cosecha de 2024 se espera una buena producción.
En su opinión, los meses de verano secos y la falta de lluvias en algunas regiones han afectado parcialmente a la producción. Se estima que la producción media rondará las 350.000-360.000 toneladas, si bien las instituciones oficiales siguen trabajando en estas previsiones.
Otro factor que, a su juicio, influirá en la producción de aceite de oliva es el precio de las aceitunas de mesa. “Actualmente, se habla de un precio medio inferior a 1 euro, por lo que una cantidad importante se destinará a la producción de aceite de oliva”, resalta.
Portugal
En Portugal -ha informado Alberto Serralha, CEO de Sociedade Agrícola Ouro Vegetal, S.A. (SAOV), productor y consultor internacional de aceite de oliva-, la producción se espera superior al año anterior, pero lejos del récord de la temporada 2019/20. “La climatología fue en general favorable al olivo, ya que las principales zonas productoras acumularon entre 600 y 800 mm de lluvia por m2 en el año hidrológico. No se han verificado olas de calor en primavera y el verano fue bastante más fresco que en ejercicios anteriores. Las producciones se observan muy irregulares, los campos mas jóvenes presentan una elevada carga de fruto, mientras que las plantaciones en seto más antiguas presentan, en general, de mediana a baja cosecha. Los secanos varían de acuerdo con la cosecha del año anterior, observándose la alternancia productiva habitual del olivo”, precisa.
Serralha considera que el estado sanitario de los campos es actualmente bueno, “si bien la intensidad y la distribución de las lluvias de octubre van a definir la viabilidad de posibles ataques de aceituna jabonosa, que suele ser el principal problema de la olivicultura portuguesa”.
En su opinión, las almazaras comenzarán despacio en los próximos días y registrarán una mayor intensidad a partir del 7 de octubre. “Las temperaturas son más favorables que en años anteriores, pero la grasa acumulada en el fruto no es alta. Se estima que la producción se sitúe entre 170.000 y 200.000 toneladas de aceite de oliva”, concluye.