El secretario general de Agricultura, Manuel Gómez Galera, y el diputado provincial de Agricultura, Antonio Mancilla, han mostrado el apoyo de la Junta a las reivindicaciones de este colectivo que, según el presidente de la DOP Poniente de Granada, Francisco Marino, han visto agravada su situación con la aplicación de la nueva PAC 2023/2027, "que no favorece a los pequeños agricultores".
“Los complementos de la anterior PAC permitían mantener un olivar tradicional de secano en pequeños municipios”, ha señalado Marino, quien ha incidido en la importante labor de fijación de la población y de dinamización económica del territorio que se consigue a través de esta actividad agrícola. De hecho, los integrantes de esta DOP han alertado del peligro que supone para ellos esta nueva PAC: “Si no recuperamos los importes de ayuda a la renta que teníamos en la anterior PAC nos obligan a abandonar nuestros cultivos, con todo lo que supondría para nuestros pueblos”, han asegurado.
Por su parte, la Consejería de Agricultura entiende su preocupación y va en la línea de las peticiones que desde la Junta se han venido trasladando en los últimos meses al Ministerio de Agricultura al que se ha informado de “las pérdidas de más de 100 millones de euros que ha traído consigo esta PAC con respecto al periodo anterior”.
En este sentido, Gómez Galera ha anunciado que de cara a 2025 la Junta de Andalucía tiene previsto solicitar de nuevo la modificación del modelo de regiones y de los tipos de eco-regímenes “que son dos de los aspectos que han provocado la pérdida de presupuesto para los agricultores andaluces”.
El secretario general de Agricultura ha insistido en que todas las reivindicaciones, que volverán a ser trasladadas al MAPA, “han sido consensuadas con las organizaciones agrarias y cooperativas”. Desde la Consejería se confía en que el Ministerio se dé por informado y “sea sensible con esta situación y defienda estas peticiones por el bien de los agricultores andaluces”.
Para el presidente del Consejo Regulador, esta nueva PAC supone tirar por tierra “todo el esfuerzo realizado entre 1998 y 2003 para el reconocimiento de esta DOP que mantiene la población fijada al territorio”. A ello se suma que esta agricultura “favorece la producción de un aceite de calidad dado que se exige mucho a los olivicultores de cara a obtener el mejor aceite de oliva virgen extra". De hecho, han insistido en que “todo se puede venir abajo si no se recuperan las condiciones de la anterior PAC”.