AEMO ha sido invitada a Bruselas por Gabriel Vigil, jefe de la Unidad de Aceite de Oliva de la UE, donde ha dado a conocer su estudio de costes producción de aceite de oliva al grupo de miembros de esta comisión de expertos pertenecientes a los países productores de aceite de oliva comunitarios, que han mostrado su interés por elaborar también un estudio de costes en sus respectivos países.
El estudio de costes de AEMO, desde su primera versión en 2010, ha considerado los costes de explotación para la obtención de un kilo de aceite de oliva en los distintos escenarios de cultivo (montaña, tradicional de baja pendiente, intensivo y seto). En concreto, para esta ocasión, la asociación ha querido determinar los costes totales, sumando a los costes de explotación también la renta de la tierra y los costes de amortización de la plantación, con el objetivo de “acercarnos más a la realidad y considerar así todos los costes involucrados”.
En este sentido, AEMO ha precisado en este encuentro que producir un kilo de aceite de oliva en España varía entre los 2,81 euros/kilo del olivar en seto de regadío, hasta los 4,61 euros/kilo del olivar de montaña, pasando por los 3-4 euros en olivares tradicionales de baja pendiente según regadío o secano.
Para AEMO, “es muy importante comunicar en Bruselas, centro de decisión política, esta realidad porque los responsables comunitarios deben conocer que producir la grasa más sana y más rica de todas las conocidas, el AOVE, tiene unos altos costes propios de un cultivo leñoso como es el olivar”.
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A su juicio, “es oportuno ponerlos encima de la mesa, máxime en este momento cuando se está produciendo una bajada demasiada acelerada de los precios del aceite de oliva en origen, que no debería nunca desembocar en los precios finales que tuvimos hace pocas campañas y que se situaron por debajo de estos altos costes”.
Al respecto, el director de AEMO, José María Penco, ha apuntado a Mercacei que es normal que haya un ajuste de precios, si bien ha considerado que “se están derrumbando rápidamente, lo que conlleva el riesgo de que no se cubran los costes de producción”.
Por ello, Penco ha insistido en la necesidad de defender un precio digno y ha abogado por que el aterrizaje sea tranquilo y que el agricultor y el consumidor se encuentren en una zona de confort.
Para consultar el estudio pinche aquí.