Quince mujeres productoras de España, Italia, Croacia, Túnez, Turquía y Brasil nos explican su filosofía de trabajo, los valores y rasgos diferenciadores de sus empresas, así como el secreto del éxito de sus marcas, al tiempo que desvelan sus grandes best-sellers.
El lema de Cielo y Tierra Olive & Health Center, una empresa familiar jiennense dedicada desde hace varias generaciones a la producción de aceite de oliva virgen extra, alude a “la belleza de devolver a la tierra lo que la tierra nos da”, por lo que su filosofía se basa en conseguir la mejor materia prima con un respeto absoluto a la tierra, la naturaleza y el entorno. Su directora comercial, Carmen Hermoso, explica que “la dualidad Cielo y Tierra implica que nuestro AOVE, además de un extraordinario zumo de aceituna 100% natural, es materia y espíritu, y le acompañan una serie de valores y principios que forman parte de su esencia, tales como la honestidad, el respeto, la gratitud y el compromiso”. ¿El secreto del éxito? “Quizás la pasión y convicción en que podemos mejorar nuestra calidad de vida con una alimentación consciente, y que el impacto de esta buena alimentación en nuestro futuro es tan importante que invertimos gran parte del trabajo y recursos en comunicarlo, pues una de nuestras principales actividades es la divulgación de las bondades saludables del AOVE. Para ello organizamos jornadas y charlas formativas en universidades y foros nutricionales, donde se forman los futuros prescriptores de dietas saludables”, responde Hermoso.
En la actualidad, la empresa tiene dos marcas: Cielo y Tierra, un AOVE gourmet o de alta gama donde se busca la máxima calidad; y Phenomenal, el más solicitado, un virgen extra ecológico de producción muy limitada -dada la complejidad en la selección de los frutos a recolectar- muy enfocado a la salud que destaca por su elevado contenido de polifenoles. “Nuestros estándares en este aspecto son muy exigentes -apunta Carmen- y no es fácil producir un AOVE con estas características. No obstante, resulta muy satisfactorio y nos enorgullece poner en el mercado un producto tan cuidado, tan rico y tan beneficioso para nuestra salud”.
En Molino del Genil, la filosofía de trabajo está basada en la búsqueda de la excelencia y la obtención de la máxima calidad, afirma su directora de Ventas On line, Ángela Martínez. Para ello, la receta del éxito parece clara: cuidar al detalle cada etapa en la elaboración de sus AOVEs. Y el trabajo en equipo, claro. “Desde la dirección hasta el último trabajador, todos sienten a Molino del Genil como algo propio, lo que provoca una mayor involucración en su trabajo y que todos rememos en la misma dirección”, sostiene. Aquí no hay best-sellers: la empresa no dispone de un amplio catálogo de productos, ya que únicamente moltura aceitunas de las variedades picual y arbequina, “y sin duda lo que más vendemos es la mezcla de ambas por su versatilidad”.
Calidad, sostenibilidad y autenticidad
La filosofía de la Cooperativa Olivarera de Valdepeñas (COLIVAL) se centra en la calidad, la sostenibilidad y el respeto por la tierra y las tradiciones ancestrales de la producción de aceite, fusionadas con las mejores prácticas modernas en las áreas de extracción y conservación. “Creemos firmemente en cuidar cada etapa del proceso, desde el cultivo de los olivos hasta la elaboración, con un enfoque en la calidad y la preservación de los sabores y nutrientes naturales”, asegura Consoli Molero, su gerente y maestra de almazara. Otros aspectos en los que se pone el foco son la transparencia y trazabilidad, así como el compromiso con la cultura del AOVE y el apoyo de las comunidades rurales, fomentando una economía justa. ¿El secreto del éxito? Para empezar, el origen: un entorno natural privilegiado en los llanos de La Mancha, donde el clima, el suelo y la biodiversidad crean condiciones perfectas para el cultivo de olivos de alta calidad y aportan un carácter especial a sus aceites. A ello hay que sumar un enfoque auténtico y comprometido que une calidad, sostenibilidad, innovación y un profundo respeto por la naturaleza y las personas, “valores que nos distinguen y nos permiten construir un legado sólido en el mundo del aceite de oliva virgen extra”. La joya de la corona es la colección de monovarietales de la gama Valdenvero Premium -entre los que sobresale Valdenvero Cornicabra, una variedad autóctona de la zona-, los grandes abanderados de esta filosofía basada en la calidad y la autenticidad.
Por último, la gerente de COLIVAL destaca el proyecto Alma de Mujer, un AOVE que reconoce a las mujeres que trabajan en este sector, durante tanto tiempo olvidadas. “Alma de Mujer ha unido a las mujeres del sector oleícola, es un proyecto que pone en valor a todas las mujeres que directa o indirectamente engloban y forman parte del sector del virgen extra, que está dedicado a las mujeres que viven en la sombra por y para este sector, y que han ido ganando posiciones gracias a su trabajo, dedicación y constancia”.
El valor de un patrimonio
“En nuestra cooperativa tenemos muy claro e interiorizado un concepto: el valor de un patrimonio”, indica Lucía Matas, directora comercial Zona Centro, Norte e Islas de Almazaras de la Subbética. Un patrimonio que se revaloriza generación tras generación, respetando e integrándose en el privilegiado entorno natural donde se localiza, el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, “para extraer lo mejor de nuestros olivares con los conocimientos y amor brujo que hemos heredado”. Los ingredientes que explican los innumerables éxitos de sus marcas se resumen en “entorno, esfuerzo y amor por la naturaleza, junto con los conocimientos heredados a lo largo de muchas generaciones y el buen hacer del personal de la almazara, que nos permiten alcanzar una calidad excepcional reconocida internacionalmente, permitiéndonos alcanzar la cima de los mejores AOVEs del mundo en la última década”, señala orgullosa. En cuanto a su best-seller, está claro: Rincón de la Subbética, sin duda uno de los mejores vírgenes extra ecológicos del planeta, “al que algunos denominan el Channel de los aceites por sus aromas tan complejos, equilibrados y especiales”.
María José Toral, responsable de Producción y Calidad de Pagos de Toral, también lo tiene claro. “Mi filosofía de trabajo se centra en la calidad, la sostenibilidad y la tradición. Creo firmemente en cultivar olivos de manera responsable, respetando el medio ambiente y utilizando prácticas agrícolas que preserven la salud del suelo y la biodiversidad. Para mí, cada botella es como una carta abierta que habla sobre la dedicación, el cuidado y la pasión que ponemos en este trabajo. Quiero que quien pruebe mi aceite sienta esa cercanía, que conozca la historia y el esfuerzo detrás de cada gota”. Ese compromiso absoluto con la calidad y la búsqueda de la excelencia, con cuidar cada paso del proceso como si fuera el más importante, constituye el secreto del éxito. Pero, más allá de la calidad, “lo que realmente define a Pagos de Toral es la pasión por crear un producto que conecte a las personas con nuestras raíces y con la esencia del olivar”, asegura Mª José Toral. “Nos esforzamos por contar la historia detrás de cada botella y mostrar el esfuerzo y el cariño que ponemos en cada lote. Queremos que cada cliente sienta que forma parte de la familia Pagos de Toral y comparta con nosotros el respeto por la tradición y el amor por la naturaleza”.
Su best-seller es el AOVE de recolección temprana Selección Gourmet, elaborado en el primer día de cosecha, principalmente por la noche, para proteger al máximo sus cualidades. “Al evitar las altas temperaturas del día, logramos preservar todos los aromas y sabores auténticos de la aceituna, lo que se refleja en un virgen extra de carácter excepcional con un alto contenido en polifenoles, provitaminas y antioxidantes naturales”, apunta la responsable de Producción y Calidad de Pagos de Toral.
Por su parte, Marta Ortega, responsable de Almazara Deortegas, coincide en la importancia del equipo humano “como base para sustentar unos pilares fundamentales que, en nuestro caso, serían la familia, la sostenibilidad, la agroecología y el cuidado de nuestro entorno; sin olvidar por supuesto la calidad, ofrecer algo único, un producto con valores y alma propia”. Para la hija de Marcelo y Rafaela Ortega, el éxito de la marca reside en la autenticidad. “Somos una empresa pequeña, familiar, con una historia y unos valores muy marcados desde sus inicios. No vendemos humo y quien nos conoce lo sabe. En Almazara Deortegas seguimos trabajando de forma muy artesanal, somos agricultores y productores de nuestra propia cosecha, eso nos permite controlar todo el proceso, desde el campo hasta la botella. Seguir trabajando con la tierra y nuestros árboles se ha convertido en algo realmente subversivo y estoy orgullosa de seguir cuidando y protegiendo con amor este legado familiar y natural, ser parte de la tradición y la artesanía de algo tan ancestral”.
Bajo la marca Deortegas encontramos una colección de monovarietales entre los que destacan las variedades hojiblanca y frantoio. “Posiblemente ésos sean nuestros best-sellers -indica Marta-, dos variedades muy distintas entre ellas que son realmente interesantes y disfrutonas, presentadas con una imagen muy atractiva y sugerente”.
La innovación, el único camino
SalzySalz, el sueño de la emprendedora aragonesa Salz Medina, cuarta generación familiar, es una marca creada como homenaje al esfuerzo de su familia y a su tierra, manteniendo vivo el cultivo de la variedad autóctona empeltre y dando continuidad al legado agrícola familiar. “Creo firmemente en la innovación como el único camino para diferenciarse en el sector, tanto en el producto como en el packaging, que refleja a la perfección que nuestro AOVE es un producto exclusivo y de un alto valor añadido para el consumidor”, sostiene su fundadora. El último ejemplo de este concepto de packaging diferencial es la bolsa con grifo para su monovarietal de arbequina, que permite conservar sus atributos a la vez que resulta un envase práctico y cómodo de utilizar para el consumidor. No obstante, la estrella principal de su catálogo de vírgenes extra es su AOVE temprano de empeltres centenarios, merecedor de diversos galardones internacionales.
También pertenece a la cuarta generación familiar Soledad Serrano, propietaria de Finca Duernas, que se define a sí misma como “humanista” y considera que el secreto del éxito de su marca es la honestidad. En Finca Duernas -cuyo indiscutible best-seller es Duernas Oleum Arbequina Ecológico- pesan tanto los valores como la cuenta de resultados, algo que “imprime carácter”, y ponen siempre a las personas en primer lugar. “Los resultados económicos a corto plazo no lo son todo -asegura-. Las personas que trabajan en nuestra empresa no son recursos humanos al mismo nivel que la materia prima o las fuentes de financiación. Somos humanistas, y en torno a ello gira la sostenibilidad de la finca y el beneficio económico, en ese orden, porque tampoco entiendo una ecología que priorice a la tierra sobre el ser humano”.
Sostenibilidad y excelencia
Tropicual es el nombre de una empresa familiar que representa una fusión de la bella Andalucía oriental con una fuerte conciencia medioambiental y proyección internacional. Con fincas ecológicas propias de olivos centenarios en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla y el Geoparque de Granada, elabora AOVES sostenibles de calidad, respetuosos con la salud de las personas y del planeta. Liderada por Lucía Gámez, cuarta generación familiar, su filosofía se basa en la sostenibilidad y la excelencia. “Antes de coger las riendas en la gestión de nuestras tierras -explica Lucía-, estudié y viví muchos años en el extranjero importando aceites españoles y familiarizándome con el mercado internacional. Esta trayectoria ha sido clave para un desarrollo global exitoso de nuestra marca”. De todas sus iniciativas, la fundadora de Tropicual destaca sin duda la adopción de olivos, “que ha logrado conectar nuestra marca con aquellos consumidores que valoran un buen AOVE y se interesan por la recuperación de la biodiversidad”. Los adoptantes reciben cada año, entre otros beneficios, 5 l. del monovarietal de picual Everyday y 500 ml. de los AOVEs Premium De Sierra y De Vega.
Nuestra tierra, nuestro futuro
En sus amadas tierras de Istria (Croacia), Mate Vekić plantó su primer olivo a los 75 años, en el umbral del nuevo milenio, y construyó el molino que hoy se alza sobre la costa con vistas al mar Adriático. “Nuestra tierra es nuestro futuro”, solía decir. Desde entonces, la cuidadosa recolección manual de los frutos y la molturación en tiempo real dan lugar a un AOVE extraordinario cuyo nombre homenajea su figura. Aleksandra Vekić trabajaba para Cruz Roja Internacional y vivía en el extranjero cuando su padre enfermó repentinamente y tuvo que encargarse de cuidar de sus olivares. En su opinión, “el valor único de ser mujer en la agricultura radica en la capacidad de encarnar el papel de cuidadora. Las mujeres destacan por prestar mucha atención a cada fase de la producción, guiadas por la integridad, la transparencia y las prácticas éticas. El objetivo final es priorizar el cuidado y la calidad por encima del mero beneficio”.
Mate Olive Oil practica una agricultura ecológica y sostenible como muestra de su compromiso con la tierra, las plantas y el proceso de elaboración, y de su absoluto respeto por el medio ambiente. Su AOVE más vendido, Mate Trasparenza Marina, extraído de las variedades leccino y pendolino, triunfa entre los consumidores por su sabor equilibrado, caracterizado por un amargor moderado y un picor suave, y su excepcional versatilidad en la cocina.
Producidos en pequeños lotes, los AOVEs Premium Sabiá nacen en las fincas brasileiras Fazenda do Campo Alto, en la Serra da Mantiqueira (Sâo Paulo), y Fazenda da Vigia, en Encruzilhada do Sul (Rio Grande do Sul). “Desde el principio, en 2020, hemos buscado a los mejores profesionales del mundo, los mejores equipos y las mejores prácticas. No buscamos cantidad, sino calidad”, indica Bia Pereira, fundadora y propietaria de la empresa junto a Bob Costa. En su proyecto, a la calidad de sus vírgenes extra -entre los que destaca Azeite Sabiá Blend de Terroir, su AOVE más vendido, un coupage que lleva dos años consecutivos formando parte del TOP10 de EVOOLEUM Awards, el concurso privado más influyente del mundo del virgen extra- se une la estrategia de marketing y la apuesta por el oleoturismo.
La filosofía de trabajo de la productora turca de AOVE Emine Colin, fundadora de Oro di Milas, está enfocada a lograr la máxima calidad posible produciendo un gran aceite de oliva virgen extra que sea considerado como un ingrediente culinario necesario para llevar una vida saludable, contribuyendo a poner en valor “los increíbles AOVEs de Turquía”. Compromiso y pasión por el trabajo bien hecho son las otras señas de identidad de una empresa que se enfrenta al desafío de lograr la adecuada combinación de sabores, aromas y niveles de fenoles, y cuyo abanderado es su monocultivar de memecik, Oro di Milas Reserve, autóctono de la región de Milas y que no crece en ningún otro lugar. “Nos centramos en la calidad, no en la cantidad, y cada día que pasamos en los olivares y en el molino supone una gran satisfacción para el alma”, concluye Emine, endodoncista de profesión.
Calidad en lugar de cantidad
Calidad en detrimento de cantidad. Es la misma filosofía de trabajo que aplica Fatma Slimi, cofundadora de Junca Olive Oil, una empresa tunecina que persigue mejorar constantemente la calidad de su aceite de oliva y perfeccionar las técnicas de producción para garantizar la excelencia. La marca también ha trabajado en la creación de una identidad visual única, con diseños de botellas distintivos, elegantes y lujosos que destacan entre otros productos en el mercado. “JUNCä es mucho más que una marca: encarna un know how ancestral, transmitido cuidadosamente de generación en generación -apunta Fatma-. Su éxito radica sobre todo en la autenticidad y calidad de nuestro AOVE de la variedad chemlali, originaria de Túnez, que le aporta un perfil de sabor que refleja la riqueza y diversidad de nuestra región; así como en nuestra profunda conexión con la tierra, el terroir y nuestros valores familiares”.
El nombre de la marca remite a un relato único que fortalece su identidad, “ya que proviene de nuestras parcelas situadas cerca del histórico Fuerte Younga, antiguamente conocido como JUNCä y rico en historia púnica, romana y bizantina. Este patrimonio histórico subraya la autenticidad de nuestra marca, profundamente arraigada en el terroir local”. Aunque la compañía ha diversificado su catálogo con aceites aromatizados de albahaca, clementina y trufa blanca, sin duda su producto estrella sigue siendo su icónico monovarietal de chemlali, reconocido por su calidad y sabor.
Sin salir de Túnez, las hermanas Afet y Selima Ben Hamouda, de A&S Huile D’Olive -quinta generación de agricultores- decidieron unirse a la finca familiar en 2017 después de trabajar en campos totalmente diferentes al oleícola. Tras iniciarse en el mundo del aceite de oliva a través de un curso de cata, enseguida tuvieron claro su objetivo: producir aceite de oliva de la más alta calidad adoptando la filosofía “del árbol a la botella” y controlando cada detalle de la cadena de valor -“ponemos el mismo cuidado en el cultivo de las aceitunas que en su procesamiento en la almazara”, argumentan-. Su marca A&S refleja los valores que definen a la empresa: autenticidad, humidad y respeto total por la tierra, que se traduce en una agricultura sostenible. Su visión a largo plazo las llevó a unirse a FUDS (The Farmer Union for Development and Sustainability), una iniciativa que reúne a productores tunecinos de aceite de calidad para llegar a consumidores de todo el mundo que buscan productos saludables y de calidad.
“Ser mujeres y hermanas ha despertado mucha curiosidad, pero también amabilidad”, reconocen. “Hemos desarrollado una gran sinergia entre nuestros clientes y la marca, las conversaciones que mantenemos con ellos son muy importantes para nosotros porque nos permiten conocer sus historias y relación con el aceite de oliva, a menudo relacionadas con la familia o los platos de la infancia. Con el tiempo, nuestros clientes reconocen la calidad de nuestros productos y sienten curiosidad por descubrir los diferentes aceites de la gama”.
Un AOVE ocupa un lugar especial en su corazón: el monocultivar chétoui, su best-seller, la variedad reina en el norte de Túnez -de donde proceden Afet y Selima-, muy rico en antioxidantes y que marida a la perfección con platos dulces y salados. “No hay que perderse la mousse de chocolate y naranja con AOVE 100% chétoui”, añaden con una sonrisa.
Pasión y enfoque artesanal
Hacer las cosas con pasión. Ésa es la filosofía de Maria Flora Monini, directora de Imagen, Comunicación y Relaciones Externas de Monini SpA, uno de los grandes productores italianos de aceite de oliva virgen extra. “La pasión por el AOVE y por mi tierra, heredada de mis abuelos, es la que guía cada una de mis elecciones. Para mí el aceite es vida, la de nuestra familia y la de las personas que trabajan con nosotros. Nuestro nombre está en cada botella y ello nos obliga a elaborar nuestros productos con el máximo rigor, la máxima transparencia y un espíritu de mejora constante. Creo que esos valores son percibidos por el consumidor y contribuyen de alguna manera a hacernos únicos”.
Para ella, el secreto del éxito de Monini radica en la capacidad de mantener un enfoque artesanal. La compañía exporta sus productos a 150 países de todo el mundo y ha invertido mucho en I+D. Sin embargo, su aceite es siempre el resultado de un trabajo muy artesanal. “Mi hermano Zefferino, siguiendo los pasos de su padre y su abuelo, controla personalmente el proceso de selección y elaboración, un verdadero arte, una alquimia que requiere estudio, talento y dedicación -explica-. Cada día, junto a su equipo, prueba cientos de muestras de aceites para seleccionar sólo aquellos que son aptos para cumplir la promesa de un sabor bueno, fresco e inconfundible”.
Sin duda, el AOVE que más y mejor representa a la marca italiana es GranFruttato, en el que el arte oleario de Monini alcanza su máxima expresión. Para conseguir su riqueza organoléptica y nutracéutica, Zefferino selecciona personalmente sólo aceites producidos con aceitunas de cosecha temprana ligeramente verdes, que mezcla posteriormente -como un maestro perfumista- en una composición compleja y única, resultado de un trabajo de alquimia y análisis que conduce a la expresión de aromas diferentes y equilibrados.
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