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La mujer, clave en la revolución del sector oleícola jiennense

La mujer, clave en la revolución del sector oleícola jiennense

Por Francisco Reyes Martínez
Presidente de la Diputación de Jaén

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el Día Mundial del Olivo comparten varias cosas, más allá de celebrarse en jornadas consecutivas, el 25 y 26 de noviembre. Con la primera efeméride se persigue una noble causa: sensibilizar sobre una cuestión que no podemos soslayar en nuestra sociedad y en la que todos debemos jugar un papel activo, acabar con la violencia de género; con la segunda, que a la provincia de Jaén le toca de manera muy directa, se festeja a un árbol milenario tan noble y generoso como la causa del 25N.

La mujer ha sido tradicionalmente parte esencial en la recolección de la aceituna y, por extensión, en el mundo rural, aunque -como ha sucedido en tantos otros ámbitos- ese papel ha sido postergado y no ha gozado del reconocimiento que merece. Desde la Diputación de Jaén intentamos dar un giro a esta cuestión y en los sucesivos planes provinciales para la igualdad entre hombres y mujeres que hemos aprobado -actualmente se está ejecutando el cuarto- la mujer rural tiene un rol protagonista.

Es necesario que las mujeres sean conscientes de que sin su labor ancestral, que a menudo implicaba un doble trabajo -en el tajo y luego en los hogares-, ese bosque humanizado que hoy tapiza nuestra tierra no sería el que es, y Jaén sería muy distinta. Por eso, entre las líneas estratégicas de este plan figura fomentar el asociacionismo femenino en el ámbito rural porque estamos convencidos de que así contribuiremos a garantizar la igualdad de trato y oportunidades de ambos sexos, además de mantener la vida en nuestros pueblos, sin vernos abocados a la tan temida despoblación que afecta gravemente a algunas regiones de nuestro país.
Las mujeres son el gran pilar de la familia y su empoderamiento es imprescindible en todos los ámbitos, desde la política a la economía, la cultura y la sociedad, para así avanzar hacia una igualdad real y efectiva que se traduzca en un desarrollo sostenible en todas las dimensiones. En este sentido, la igualdad debe entenderse como un motor para un futuro más próspero y justo; nuestra sociedad no puede progresar obviando o dejando atrás a la mitad de la población.

Los indicadores de género y desarrollo muestran que las mujeres rurales se encuentran en peores condiciones que los hombres del mundo rural y las mujeres urbanas. De ahí que sea fundamental que sigamos generando oportunidades en nuestros pueblos, y el sector oleícola -auténtico pegamento de la población en muchos municipios jiennenses- es primordial para ello. Cada vez son más las mujeres que se incorporan a las cooperativas y almazaras, más las que son propietarias de explotaciones agrícolas, más las que se implican en tareas de promoción y comercialización. Sin duda, las mujeres están siendo claves en la revolución que está viviendo el sector oleícola jiennense, que lidera la producción de AOVEs en el mundo.

La Diputación de Jaén lleva años apostando por la calidad del producto por encima de la cantidad, igual que por promocionar las cualidades saludables y culinarias del aceite de oliva. Y el sector ha interiorizado ese mensaje de que el futuro del olivar pasa por producir cada vez más y mejores aceites de oliva que sigan conquistando cocinas en todo el mundo. En este camino, las mujeres rurales son y serán claves, y confiamos en que su aportación lleve al sector oleícola aún más lejos.