Ahora, 2024 nos sorprende con una DANA que, por encima de todo, nos hace lamentar muchas víctimas, y que además ha ocasionado daños materiales muy cuantiosos. En el ámbito agrícola y ganadero, el año ya se venía registrando una intensa actividad tormentosa, daños por helada y aunque pueda parecer raro, también por falta de agua. Y es que este año ha llovido bastante, pero de forma muy irregular según ámbitos geográficos. Hay zonas en las que las precipitaciones caídas han sido suficientes para que los cultivos se desarrollen con normalidad, pero también otras en las que hemos registrado daños por sequía, con los cultivos herbáceos y el viñedo de secano como producciones más afectadas. En cualquier caso, nada parecido en este aspecto a la situación generalizada de sequía del año pasado.
El otoño es el momento para proteger, con las mayores garantías posibles, las próximas cosechas de cultivos como los herbáceos, la uva de vino o el olivar, entre otros.
Y es que ahora nos encontramos en los últimos días para contratar el seguro de olivar y así proteger las dos próximas cosechas frente a riesgos como el pedrisco, los riesgos excepcionales de fauna silvestre, incendio, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente y viento huracanado, así como resto de adversidades climáticas.
En el caso de los cultivos herbáceos, los módulos 1 y 2 en secano, que son los que están en contratación, incluyen los riesgos de sequía, asurado, pedrisco, no nascencia, no implantación, incendio o fauna entre sus coberturas.
También están ahora en contratación las líneas de seguro de frutos secos y la uva de vino.
Para más información sobre el seguro del olivar pinche aquí.